Mayweather impuso su ley en la revancha
(Foto cortesía: ESTHER LIN / SHOWTIME)
Luego de su primera contienda, Floyd Mayweather (46(26)-0-0) y el argentino Marcos René Maidana (35(31)-4-0), volvían a verse las caras en el mismo escenario, el MGM de Las Vegas, para resolver una pendencia que entonces no quedó bien culminada. La del pasado 3 de mayo fue una porfía ajustada, con mucho intercambio en las cuerdas y en la que el aspirante argentino puso en más de un problema al campeonísimo norteamericano.
Por ello en esta revancha ambos tenían trabajo por hacer: Maidana terminar de someter al Rey, y este demostrar que continúa a un nivel inalcanzable para cualquiera. Finalmente, y luego de una pelea intensa, pero dominada por un Mayweather ágil y de precisión demencial, el monarca del boxeo actual retuvo sus cetros WBA/WBC wélter y WBC superwélter por clara y justa decisión unánime de los jueces: 116-111, 116-111, 116-111.
Como comenté en la previa, no esperaba encontrarme con un Mayweather en la misma versión diezmada de su primer enfrentamiento, básicamente porque en caso de repetir plan, habría tenido los mismos o más problemas ya que si a Maidana le permites encerrarte contra las cuerdas te puede aniquilar.
Por ello, Floyd entró al ensogado concentrado, consciente de que hoy las cosas debían de ser diferentes. Desde los albores, el campeón se desplazó, eludiendo las cuerdas con unos maravillosos pasos laterales forjados en un crisol de trabajo y naturaleza, incesante dolor de cabeza para cualquiera que haya subido a un ensogado contra él.
Mientras, trabajaba con el jab, variando arriba y abajo, siempre amenazante con la derecha para contragolpear a Maidana y detener su ofensiva. El argentino, en cambio, entró al cuadrilátero para hacer su trabajo. Con muchos más inconvenientes para mantener fijo a su rival, buscó presionar, quizás con poca actividad de jab en un comienzo, pero transmitiendo peligrosidad cada vez que lograba pegarse al campeón.
La pelea se liberó de las cadenas del inicio con Mayweather por delante, conectando la mayor parte de las manos que ejecutaba y variando entre golpes al cuerpo, arriba, y ganchos sorpresivos.
No obstante, el Chino logró ganar terreno en el tercer round, segmento que culminó con una derecha sobre la campana que tambaleó a un rival que se sentó presto, evidentemente afectado. Maidana tenía su oportunidad. Desatado, entró en el cuarto a sabiendas de que se le presentaba una ocasión inmejorable puesto que su rival, dañado, no era capaz de moverse como lo había hecho hasta ese momento.
Entonces empujó y empujó, buscando destruir, mas Mayweather, incluso tocado, entre los hombros, los codos, su basculación, los agarres y su astucia, fue capaz de salvar la papeleta para terminar el round con las piernas recuperadas.
El quinto episodio fue de consolidación para el campeón, que demostró estar de nuevo entero, mientras que Maidana se mostró demasiado pasivo, con toda probabilidad mermado moralmente por no haber aprovechado la debilidad de su contrincante.
El ecuador del combate fue el intervalo más cómodo para el Rey, insuperable en defensa, preciso con el jab, valiente con las contras de derecha, y poniendo los cimientos de la que sería su victoria final con unas manos abajo que tenían martirizado a Maidana.
Sin embargo, el octavo round, pese a parecer confortable para Mayweather, se vio emponzoñado por una acción en la que mientras ambos contendientes se agarraban, el campeón se quejó de que su rival le había mordido en la mano izquierda.
No pudimos ver una imagen nítida, ahora bien, la reacción de Floyd y los evasivos comentarios de Maidana a posteriori, llevan a pensar que sí acaeció una acción antideportiva que nos recuerda a la acontecida en aquel Tyson-Holyfield, aunque ni el daño fue el mismo, como tampoco pareció ser igual la motivación subrepticia detrás de la maniobra.
No fue a más, aunque es cierto que de alguna manera Mayweather se mostró algo enfadado desde entonces hasta el final de la pendencia. El noveno segmento estuvo igualado, con Maidana saliendo a por todas y el campeón dominando con más precisión, y el décimo, uno de los mejores rounds del argentino, vino acompañado de un punto reducido por empujar a su rival. La pelea llegaba al final con Maidana claramente por detrás, solo quedaba la épica.
Sin embargo si Mayweather está donde está es porque controla estos momentos de asedio desesperado del rival mejor que nadie. Luego de llevarse el 11º, en el 12º el campeón reanudó sus vertiginosos desplazamientos, dejando todas las manos de su rival besando la nada. No hubo ni el más nimio resquicio para la sorpresa: Floyd amarró el combate sin mayores complicaciones, retuvo sus títulos, estiró su invicto a (47(26)-0-0) y dejó un anuncio esperanzador para la afición: después de que Pacquiao lidie el próximo 22 de noviembre con Chris Algieri, si la afición lo quiere, se hablará de una pelea entre ambos.
Recordemos que esta semana el mandamás de Top Rank, Bob Arum, ha especulado con la posibilidad de la disputa de dos combates entre Floyd y Manny el próximo año, a mayor beneficio económico en la segunda pelea para el ganador de la primera. En cualquier caso, a Mayweather le restan dos pendencias con Showtime, y hay pocos rivales, superado Maidana, que puedan reportarle buenos números de PPV antes de la retirada. Uno es Pacquiao, el otro, y casi único, es Cotto. Veremos.
En cuanto a Maidana, pese a perder las dos peleas, sale reforzado de sus duelos con Mayweather. Es un campeón a respetar y a tener en cuenta contra el que Floyd ha tenido que blandir su mejor versión para prevalecer, por lo que le esperan todavía muchos grandes combates al pegador argentino.
Para finalizar, una reflexión. Hay gente que piensa que subir a un ensogado y plantarse frente a un hombre que con cada una de sus manos te puede enviar al hospital es fácil, y que el hecho de hacerle fallar hasta la desesperación es un juego de niños. Lo que ha hecho en esta pelea Mayweather contra Maidana es un boxeo de un nivel técnico inalcanzable para el 99 por ciento de los boxeadores, una sinfonía de dotes defensivas, precisión y astucia.
Reducirlo a “solo correr” es desprestigiar a un boxeador que ya, pese a quien le pese, es legendario. La magnitud de su leyenda solo lo dirá el tiempo, y quien sabe si también tiene algo que decir Manny Pacquiao. Un cordial saludo.
Floyd es el mejor de esta época. Un genio del boxeo.