Marquez peleó ante Juárez en un lugar pequeño, por qué no Golovkin?

Gennady Golovkin no es, ni nunca será un boxeador tan importante como Juan Manuel Márquez. El Dinamita mexicano dejó a un lado su orgullo y combatió como todo un campeón ante el tejano Rocky Juárez en un pequeño casino en Tucson, Arizona cuando no se pudo usar una arena más grande. Al triple GGG se le cayó el combate ante Canelo Alvarez- esto pasa seguido en el mundo pugilístico-, y cuando esto sucede hay que implementar un Plan B aunque este sea improvisado. ¡Hay que salvar la función!

Después de algunas discusiones y amenazas de cancelar la actuación del kazajo, finalmente se acordó, y que bueno, que el campeón mundial medio defenderá sus títulos el 5 de mayo ante otro retador que no sea el pecoso mexicano, quien fue suspendido por la Comisión de Box de Nevada por haber ingerido Clembuterol, una sustancia prohibida. El retador que le pusieron a Golovkin fue el armenio-americano Vanes Martirosyan, un púgil que no hace mucho prometía ser alguien en el pugilismo, pero se estancó. Su último combate hace un año lo libró ante el cubano Erislandy Lara, quien lo superó fácilmente.

El combate se va a celebrar en el cómodo- para mí el mejor lugar para ver box desde cualquier butaca- StubHub Center de Carson, California. Golovkin debe noquear al armenio para para el séptimo episodio o antes si Vanes entra franco y agresivo a los intercambios de golpes.

Y ya que menciono a Lara, todos mis respetos para el cubano, al que he criticado muchas veces por su estilo correlón, porque finalmente dio un combate emocionante y del agrado del público. Lara, en la que podría ser la pelea del año, se fajó bien y bonito ante Jarrett Hurd, y aunque perdió una cerrada decisión ante su rival más joven, subió al ring a pelear, no a correr ala Floyd Mayweather.

Canelo Alvarez ha sido suspendido por 6 meses por dar positivo dos veces en su prueba antidoping, lo que significa, entre otras cosas, que podría regresar al ring en septiembre ante el GGG, si este pasa por Martirosyan. Si no se pudo celebrar la histórica Batalla de Puebla el 5 de Mayo, que se celebre entonces la Independencia de México.

Foto: Team Pacquiao

Si bien es cierto que al filipino Manny Pacquiao le robaron su más reciente combate ante el australiano Jeff Horn, el otrora temido púgil asiático ya no es el mismo de hace algunos años. El Pacquiao de antaño hubiera despedazado al mediocre rival de la tierra de los canguros. El pavoroso y espectacular nocaut que le propinó el azteca Márquez le sigue pesando como un ancla en el cuello al senador de Filipinas. El argentino Lucas Matthysse, su siguiente rival, debe sacarnos de dudas sobre qué es lo que queda del ocho-veces campeón mundial. El che tampoco está en su mejor momento, pero su pegada está allí intacta, aunque ya no llega a la humanidad de sus rivales con la rapidez de antaño. Pero si el sur americano le conecta bien a la quijada del isleño, este se ira a la lona, quizá, para la cuenta final.

Pronto se realizarán las conferencias de prensa y los entrenamientos ante los medios de la frontera para la función del 28 de abril en El Paso. La función la encabezarán el californiano de origen mexicano, Josesito López y Miguel Cruz en un combate en peso welter. Además, el paseño Abe Han se dará cuenta en su combate ante el ex campeón mundial Anthony Dirrell, si sigue en el box o si ya dio todo lo que tenía que dar. El coreano-americano, sin duda, subirá al ring ante el ex titular de las 168 libras como carne de cañón.

El también paseño Tony Escalante ya ha salido de prisión y ahora busca reanudar su carrera boxística. Lo está entrenando David Rodriguez, también de El Paso, quien recientemente se retiró después de una carrera en la división pesada. Como Gabino Barrera, el de la mítica canción folclórica mexicana, Tony nunca entendió razones andando en la borrachera y las copas lo metieron en problemas y en la cárcel por varios años. Escalante fue contendiente al campeonato mundial super gallo y pluma y uno de los boxeadores de Oscar de la Hoya hasta que el vicio del alcohol acabó con él