Márquez – Pacquiao IV: la batalla final
Para alegría de muchos el 8 de diciembre ha llegado; Juan Manuel Márquez (derecha) y Manny Pacquiao se verán por última vez las caras (o al menos eso han prometido), para decidir quien es mejor y quien se queda con la farsa de título que la OMB ha llamado Campeón de la Década. Ambos llegan en el declive de sus caminos, “Dinamita” por su veteranía y “Pacman” porque simplemente ya no pueden ofrecerle algo que no tenga en su vitrina de trofeos. La pelea del morbo, bien podría ser su título.
Historia de robos y de ratings
El 8 de mayo de 2004, en el MGM Grand de Las Vegas, un demonio filipino se subió al ring y contestó al tú por tú al campeón CMB pluma; no sólo eso, lo envío a la lona en tres ocasiones. “Márquez está acabado”, pensaron los expertos en boxeo, “ha nacido una nueva estrella”. Juan Manuel se levantó y propinó, a su estilo, una lección de boxeo a Pacquiao, le enseño que nadie como él para leer sobre la marcha al adversario, improvisar y terminar explotando los puntos débiles.
De ser (a secas) una buena pelea, Márquez-Pacquiao I se ha convertido en uno de los duelos cásicos del siglo XXI. El campeón se levantó de la lona y supero al furioso retador, obligando a los jueces a decretar un empate. En mi particular punto de vista, esta primera contienda debió ser una victoria para Manny, por un par de puntos solamente, pero significa una gran victoria para Juan Manuel, puesto que en ella el filipino gastó todo su arsenal y no fue capaz de enviar al mexicano a la lona por cuarta y definitiva vez. Este podría ser el primer robo de la serie.
La revancha no se pudo dar directamente, porque el dinero que ofreció Top Rank a Márquez era inferior al peligro que Pacquiao representaba; “el mexicano estuvo huyendo de él”, dirían algunos críticos. Sin poder obligar a una subasta, “Pacman” se enfrasco en las guerras harto conocidas contraErik Morales y Marco Antonio Barrera, por el cinto internacional del CMB, hasta que Márquez decidió subir a la categoría superpluma.
Ya con Manny como una estrella comercial muy rentable, Bob Arum pudo concretar Márquez-Pacquiao II, el 15 de marzo de 2008, teniendo como sede casino Mandalay Bay, de la misma forma en Las Vegas. Confiado en su mejor boxeo, Márquez intentó explotar su experiencia y tomo la iniciativa, pero de nuevo volvió a la lona. Sin embargo, la historia se repitió y cuando Juan Manuel peleó a la contra, exhibió a “Pacman” e incluso logró cimbrarlo con la diestra.
Al final de la pelea, la prensa dividió opiniones sobre el triunfador. Así mismo, los jueces votaron Decisión Dividida a favor de Pacquiao y nuevo campeón CMB superpluma. En mi punto de vista, Márquez ganó cerradamente esta pelea o, siendo muy estrictos, el empate era la vía.
Enfrascado en su camino de escalador, Manny Pacquiao dejó de lado la revancha y prefirió combatir con Óscar de la Hoya, David Díaz, Ricky Hatton,Miguel Cotto, Joshua Clottey, Antonio Margarito y Shane Mosley, con lo que empató la marca del “Golden Boy” con títulos en seis categorías distintas. Juan Manuel Márquez siguió otro camino y ascendió al peso ligero, categoría donde demostró ser el mejor del mundo, capturando los cintos AMB y OMB, despachando a Joel Casamayor, Juan Díaz y Michael Katsidis, además de darse tiempo para una pelea espantosa ante Floyd Mayweather Jr.; con lo anterior, Márquez apenas empató la marca de triple campeón del mundo para un mexicano, que anteriormente Barrera y Morales habían logrado.
A pesar de que se había declarado que era imposible una pelea más entre ambos, la Márquez-Pacquiao III se realizó el 12 de noviembre de 2011, de nuevo en el MGM Grand. Con Manny en la plenitud de su carrera, las apuestas no eran si uno u otro ganaban, sino en qué round caería derrotado Márquez. Para sorpresa grata de los mexicanos, el trabajo de musculatura de “Dinamita” no le restó velocidad sino que le ayudo a para con dureza los embates del filipino.
Según entiendo, Márquez ganó la pelea. Está vez no lo hizo con la pequeña ayuda recibida en 2004, ni de forma cerrada como en 2008. Juan Manuel ganó con inteligencia ocho de 12 rounds. Sin embargo, en uno de los robos más descarados de la historia, los jueces Dave Moretti (115-113), Robert Hoyle (114-114) y Glenn Trowbridge (116-112) concedieron el triunfo a Manny. Ningún otra pelea ha sido tan vista en México como esta tercera edición de la guerra y aún los fans de Pacquiao (que no son pocos) reconocieron el hurto del oficiales y de la OMB sobre esta pelea.
Como si fuera un juego, la OMB decidió resolver todo de forma cuasi salomónica. En primer lugar ofreció el título interino OMB superligero a Juan Manuel Márquez, mismo que ganó el 14 de abril de 2012, ante Serhiy Fedchenko. Después organizó una pelea entre el campeón OMB ligero, Timothy Bradley, ante Manny Pacquiao, el 9 de junio de 2012; a pesar de la superioridad del tagalo, los jueces ahora lo despojaron a él del título OMB welter.
Como por arte de magia, la siguiente lista de clasificados de la OMB anunciaba que el campeón OMB superligero era Juan Manuel Márquez y anunciaba, no de forma directa, que el título lo había ganado en un escritorio, en compensación del abuso del que había sido objeto en el pasado.
Pero la pelea del orgullo ya esta apunto de llegar y otro punto fundamental para su realización en un tiempo menor (1 año) al que se esperó de la primera a la segunda pelea (4 años), o de ésta a la tercera (3 años), tiene que ver con el hecho de que la comercialización de Márquez-Pacquiao III se fue por las nubes, fue todo un éxito del PPV en EUA y resto del mundo, aun en su versión por internet; mientras tanto, en México rompió récord de audiencia y se podría decir que esa noche todo México vio el robo del siglo.
Servido con ensalada
A pesar de que ninguno expone o reta por un título del mundo, ambos contendientes aspiran a pelear para saber quien es el mejor y para embolsarse la cantidad de 10 mdd, en el caso de Márquez, y de 26.5 mdd, en el de Pacquiao, muy por encima del promedio de las bolsas que juegan los hermanos Klitschko, que han barrido la categoría pesada, antes la más rentable del orbe.
Con todo, reitero que la pelea es un error grave de Juan Manuel Márquez, puesto que su capital físico es menor del que guarda Pacquiao y no debió obstinarse en la cuarta pelea cuando para su palmarés y bolsillo había muchas opciones atractivas.
La pelea de nuevo será en Las Vegas, aun cuando los jueces serán John Keane, Steve Weisfeld y Adelaide Byrd (lejos de los clásicos Ford, Trowbridge, Miller y Moretti, que han aparecido por lo menos uno de ellos en prácticamente cada pelea de las últimas 10 del filipino) y con el réferi Kenny Bayless, destacado por su trabajo limpio en el tinglado; aún con estos nombres pienso que Márquez jamás debió aceptar una pelea fuera de su categoría, sin un título mundial de por medio.
Márquez, me parece, será servido como platillo a Pacquiao. Ya no necesitaba demostrar que es mejor y más inteligente; ahora, con el estigma de los jueces detrás, ha anunciado que saldrá a noquear a “Pacman”. Ni hombres más pesados de cuerpo o pegada han logrado mandar a la lona a Manny en casi una década: dudo que “Dinamita” lo logre. Además, ávido del reconocimiento después de su ridícula derrota ante Bradley, Pacquiao saldrá más que dispuesto a usar su ya conocido cruzado de zurda.
Con el peso de nuevo pactado a conveniencia del tagalo, con la merma de capacidades que el mexicano mostró ante Fedchenko, con Ariza de nuevo en la esquina de Pacquiao, con un Beristaín en el ocaso de su trayectoria, con todo, la pelea se anuncia como un festín para Bob Arum y su protegido.
Se habla de que Márquez iría contra Danny García y de que Pacquiao pelearía contra Brandon Ríos, después de la pelea del 8 de diciembre. Esperemos que el gran boxeo del mexicano le alcance para la victoria, para no salir lastimado o, en el peor de los casos, para despedirse dignamente de su carrera de púgil; ya después habrá tiempo, si hay boxeador, de hablar de otras peleas.
Hay quien piensa que Márquez no es el mejor mexicano del siglo XXI, quizás en esta pelea podamos tener más argumentos al respecto.