“Mantequilla” Napoles 53 años después regresa a Cuba

Con el arribo de Fidel Castro al poder de Cuba en el año 1959, el boxeo profesional Cubano fue prohibido y un joven llamado José Nápoles, que ya contaba con unas ocho peleas profesionales en su historial, decidió partir a México para unirse otra leyenda Cubana del boxeo Cuco Conde junto a Kid Rapidez.

Hoy a mas de 50 años  después  José Ángel ‘Mantequilla’ Nápoles  con 75 años de edad  estará de nuevo su tierra natal.

Nápoles siempre se dirigió a a Cuba con amor y respeto pero no existe información alguna  que se haya expresado de forma alguna al régimen de Fidel Castro y solo se limitaba a decir que “Soy boxeador no Político por eso no hablo de Fidel Castro”

Ya en su vejez existen anécdotas que Nápoles siempre tenía la esperanza de volver a Cuba inclusive asegura haber estado en Cuba varias veces pero era solo parte de su enfermedad y ansiedad de mantener vivo ese sueño.

Hoy cuando Cuba vive una etapa más abierta al mundo contemporáneo y las oportunidades existentes de retorno a esa bella isla será  la calle San Mateo en la que realizo su infancia  la que le de la bienvenida  al extraordinario  ex campeón mundial wélter del CMB que al igual que miles de  Cubanos encontró  en México en 1962  el refugio para sus cualidades y deseos de una mejor vida.

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Napoles junto a su esposa permanecerán   en La Habana tres días y otros tres más en Santiago; regresarán a México  el 15 de julio .

José Ángel Nápoles Colombat nació en Santiago de Cuba en 1940; se inició en el boxeo amateur en un gimnasio frente a la casa de su padre.

Napoles debutó en la legendaria Arena Coliseo del Distrito Federal el 21  julio de 1962  y  se coronó campeón mundial wélter del Consejo Mundial de Boxeo y de la Asociación Mundial de Boxeo el 18 de abril de 1969 en Los Ángeles ante  el estadounidense Curtis Coke.

Durante los últimos años fue amigo cercano del eterno presidente del CMB Don José Sulaimán quien le ayudó y aun continua el organismo apoyándole y hoy se cumple una de las facetas más emotivas de cualquier Cubano el poder regresar en vida a su país,  un extraordinario privilegio y oportunidad.