LA REGLA # 64 DEL BOXEO
Tuve en Cuba un libro que costaba un peso con las reglas de la disciplina por la Comisión de Boxeo del Estado de Nueva York, era de mi padre, lo pedí y me enviaron 3 tristes hojas chamuscadas y medio comidas por cucarachas, pero salvé lo que voy a decir, que lo combinaré con otro dato sobre un boxeador conocido y un trainer emérito.
Por lo general, pocos saben o recuerdan que existío el libro que mencioné, especie de Enciclopedia de reglas del boxeo, que no sé si funciona hoy de acuerdo a su objetivo, no otro que conocieran la normativa desde el peleador a su entorno.
Por varias razones se desconoce o desprecia un libro, entre las sobresalientes en cuanto al boxeo, el modesto grado de inteligencia de los pugilistas, el poco o ningún hábito de leer (si saben), la ignorancia o que no tenga dibujitos y el objeto de este artículo no los tiene.
Es inútil decir que, si la ignorancia proporciona la felicidad, la profesión de boxeador la debe proporcionar en grado superlativo, pero no es aplicable al entorno del boxeador…
Ray Arcel (foto con Durán y Freddie Brown en 1975), fue un trainer eminente, de 20 campeones mundiales entre 1920-1980, lo consideran lo mejor del oficio desde que se creó este trabajo, no era ignorante y con seguridad que le sobraban el dólar y medio que costaban las reglas del boxeo en su momento.
Arcel declaró, cuando mencionaron la regla # 64 del boxeo durante la investigación por el caso Rocky Graziano, que era la primera vez que escuchaba de su existencia. Esta regla estipulaba la obligación de dar a conocer las ofertas de soborno a cualquier peleador, en tiempo prudencialmente rápido sin obstruir a la justicia.
En el folleto que, según dicen, arrancó miradas y gestos de asombro a Graziano durante la audiencia, se estipulan argumentos como:
Regla # 8: Nadie ajeno al gremio puede sentarse en el palco de prensa. Cuentan que durante la pelea Zale vs Graziano, que produjo la investigación, dos carniceros casi se matan discutiendo los precios del jamón, cómodamente sentados en sillas de periodistas.
Regla # 14: Ninguna persona de menos de 16 años está autorizado a presenciar una cartelera de boxeo en la arena (en la pelea que cité antes, justificaron la proliferación de niños con que eran enanos, sin embargo, yo asistí al Trejo, al Coliseo o a la Ciudad Deportiva de La Habana desde que tenía entre 8-10 años).
Regla # 28: Todos los managers deben tener un contrato escrito con cada boxeador, no se permitirán verbales (Primo Carnera tuvo 3).
Regla # 31: Un boxeador solo puede tener un manager y este devengar el 33 1/3 en las ganancias que obtenga en el ring su peleador (el fraude del promotor que encubre su actividad como manager, desviándola a otro individuo, es más evidente hoy que nunca).
Regla # 61. A ninguna persona se le permitirá estar de pie en el recinto, se le debe proporcionar asiento a cada asistente.
Regla # 62: Salvo managers, seconds, representantes de la Comisión o de la Prensa, nadie puede estar en los camerinos de los boxeadores (a veces he visto artistas, primos, socios, socias de los socios…).
Sección 2, párrafo F: Solo los dos boxeadores y un second por cada uno, pueden acudir al centro del ring para escuchar las instrucciones finales, previas al 1er round.
Sección 4: Los seconds deben permanecer en silencio (nunca he logrado estar en una pelea que se cumpla).
Como dije antes, debido a que todo cambió, desde la desaparecida Comisión del Estado deNueva York al rosario de organizaciones regentes, no dudo que este libro no está activo, pero bajo estas condiciones y otras reglas se boxeaba antes, cuando de una pelea de campeonato mundial salía un campeón 100 %, no el 25 porque tenga una de 4 fajas y lo llamen monarca.