La promesa de los olímpicos: Molina-Valdez

Después de los trepidantes juegos panamericanos de Guadalajara 2011 y de la modesta presentación de los púgiles mexicanos en los olímpicos de Londres 2012, dos figuras desean meterse de lleno en el profesionalismo, son Óscar Valdez y Óscar Molina, ¿tendrán verdaderas posibilidades de brillar?

La fama del noqueador

Con dos ciclos olímpicos no es una sorpresa que Óscar Valdez cuente con un gran número de seguidores en su natal, además de los que se han sumado en todo el país después de sus espectaculares actuaciones en los panamericanos y olímpicos, no es extraño tampoco la fama que ha creado al tratarse de un boxeador que noqueaba en el terreno amateur (muy a pesar de la protección que existe) y que noquea al entrar en profesional.

Valdez sin embargo tiene la desventaja de ser un boxeador muy lineal que, en parte, facilitó el trabajo del irlandés John Joe Nevin, en los cuartos de final de la medalla de oro por el peso gallo en Londres.

Sin embargo, Valdez es un peleador muy dedicado que es fiel a su estilo y tiene gran confianza en lo que hace aun y con las deficiencias que existan, esa determinación ha sido la clave para que muchos boxeadores mexicanos logren coronarse monarcas del mundo.

Valdez lleva hasta el momento dos victorias por KO ante Corben Page y Ángel Prado, sin mayor merito que la de imponer su poder como tiene acostumbrada a la afición. Con lo que hemos visto, su boxeo tiene mucho que pulir en la cuestión de técnica y estrategia, pero mucho; pero aún sin ellas su poder de puños le basta.

No obstante nos gustaría ver un boxeador más completo, que así como sus promotores se han dedicado exhaustivamente a crear una imagen alrededor de su naciente carrera profesional, así se preocupen por su buen desarrollo. Como sabemos, un boxeador muy técnico deja de ser un boxeador muy comercial, como sabemos, a las promotoras lo que les importa es la rentabilidad del producto humano. Esperemos que la gente cercana a Valdez y el mismo tomen la decisión de un entrenador y un entrenamiento de alta calidad.

La afición por lo pronto ha abarrotado sus presentaciones y cada vez más (por lo visto en la arena y por lo vitoreado en la TV) son los que esperan ávidamente las presentaciones del nogalense;  deseamos que el púgil capitalice dentro y fuera del ring esta situación y que no decepcione.

 

Un toro de lidia adormilado

Nació en California, pero participó con la bandera mexicana tanto en las justas de su carrera amateur como en el terreno profesional, donde el pasado 26 de enero debuto con una victoria por DU ante Héctor Mendoza; parece ser la antítesis de Valdez, no en el estilo de pelea, pero si en el hambre de triunfo. Óscar Molina es un pegador muy peligroso que sin embargo pierde fácilmente el control de la pelea por la cuestión anímica.

Molina podría incluso ser tan espectacular y tan afamado como Valdez Fierro, sin embargo en un momento de sus presentaciones simplemente se encierra en una parsimonia y no opera, deja que el oponente se le suba a las barbas y complica sus victorias. Por lo menos en lo visto en el terreno aficionado y por lo visto en su debut.

Esa falta de determinación de Molina puede ser un gran problema en su carrera profesional, a lo que se suman las mismas carencias de Valdez, falta de técnica y falta de estrategia; en embargo, en el caso de este peleador es urgente que alguien se ponga a trabajara con él para motivarlo, para que entienda que tiene mucho pegada para tener que quedarse en el promedio de los boxeadores.

Así como Valdez dejó un buen sabor de boca en su derrota ante Nevin, así Molina desesperó a la afición en una pelea de dieciseisavos, ante Custio Clayton, en la que dejó ir su oportunidad por contender por una medalla en Londres.

Molina tenía previsto hacer su debut en otoño de 2012, pero fue apenas en el fin de semana pasado en el que lo vimos en acción sin la tradicional careta con la que ganó el campeonato mundial juvenil en Guadalajara. La presentación no fue la mejor, pero la entrega para definir una pelea que se complicó lo hizo merecedor del aplauso.

No hay que olvidarlo, Óscar Molina no ha generado la misma expectativa que su tocayo Valdez, lo que en cierto modo le daría una ventaja al quitarle el peso de la afición y su exigencia, pero puede también afectar en su propia motivación. Algo que no debe ser, pero que puede estarse manifestando, es esa animadversión hacia su nacimiento en EUA.

Esperamos también que su compromiso y la determinación del propio púgil sean las claves para que logre mejorar, de batallas memorables y acceda por una vía decente a una oportunidad por título del mundo.

 

La maldición de los olímpicos

 

Bien es sabido que el semillero olímpico de México no ha tenido un impacto positivo en el boxeo profesional, también es conocido que el boxeo aficionado vive una situación deplorable en la actualidad azteca y poco puede ser una esperanza de medallas en justas olímpicas; mucho menos se espere que sea un formador de próximos campeones mundiales profesionales.

Dentro de la historia del boxeo olímpico, México ha tenido memorables actuaciones, pero pocas medallas, que sin embargo se traducen a nivel local como uno de los deportes que más ha aportado, con 12 preseas, a la cuenta final.

Curiosamente, de la docena de medallistas olímpicos sólo uno ha logrado encumbrarse posteriormente en el boxeo profesional, se trata de Alfonso Zamora, quien después de ganar la plata en los juegos olímpicos de Munich 1972, logró coronarse campeón mundial gallo por la AMB en 1975.

Otro boxeador que generó gran expectación en el boxeo aficionado fue Raúl “Ratón” Macías, quien participó en la justa de Helsinki 1952, perdiendo en la segunda ronda. Sin embargo, ese arrastre y fama que ganó como amateur generó gran expectación en su arribo al pugilato pagado, donde además de convertirse en el más grande ídolo mexicano, ganó el campeonato mundial de la ANB (hoy AMB) gallo en 1955.

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