La noche que Henry Armstrong pudo acrecentar su historia
El grandísimo púgil estadounidense Henry Armstrong (izquierda), único campeón mundial Pluma, Ligero y Welter simultáneo en los años 30, intentó conseguir la corona del peso Medio el 1 de marzo de 1940 ante el excelente filipino Ceferino García (derecha), en lo que significaría un combate de revancha para ambos.
Dos años antes ya se habían enfrentado con el título Mundial Welter en juego, venciendo el estadounidense por puntos en 15 asaltos. Ya en 1940, en el Gimore Stadium de Los Angeles, disputarían este título mundial medio que solamente fue reconocido por California, presentando a un Armstrong con 124 combates como profesional por 150 de García.
Armstrong impuso su peculiar estilo y pasó por encima del filipino. Con su mentón protegido por su hombro izquierdo, cabeza adelantada y haciendo uso de sus constantes fintas rozando el límite de la cintura, el bravo púgil avanzó progresivamente con acciones ofensivas en las que solo paraba para reposar su cabeza sobre el rival y separarla para continuar lanzando golpes con gran potencia desde todos los ángulos posibles.
Un auténtico ritmo de pelea de los que gustaban al público y levantaban al espectador de su asiento.Ceferino intentó frenarle dando pasos en retroceso para colocar tremendos hooks y uppercuts al cuerpo y al rostro pero se vio desbordado por el compás de su rival. Armstrong acabó el último asalto llevando a las cuerdas al filipino.
El desgaste físico fue tremendo para ambos pero sería García quien lo acusase con mayor firmeza. Tras el sonido de la última campana se decretaría el resultado de empate, y para muchos de manera injusta para Armstrong quien podría haber conquistado su cuarto título mundial en una época tan complicada en la que sólo existían ocho categorías.
Armstrong se retiró en 1945 con un palmarés de 150-21-10 (101 Kos) y en 1990, dos años después de su muerte, entró en el ‘Salón Internacional de la Fama’ además de ser reconocido como uno de los mejores púgiles de la historia.