La noche gloriosa de Salvador Sánchez
Foto: Suministrada
Un día como hoy (en 1981), se celebró uno de los encuentros que arrancó pasiones entre dos países. El campeón mundial pluma CMB, el mexicano Salvador Sánchez (40-1-1, 30 KO’s), defendía su corona frente al campeón mundial supergallo CMB, Wilfredo “Bazooka” Gómez (32-0-1, 32 KO’s). Gómez era uno de los pegadores más devastadores de aquellos tiempos. En aquel momento se encontraba invicto y había noqueado a 32 oponentes en ‘fila india’. Sánchez era de asimilación y estámina única. Ofensiva fríamente calculada y destructora. No desperdiciaba golpes, era casi una máquina.
El mexicano plantó bandera desde el primer asalto frente a un Gómez que se presentó agresivo y pagó caro su osadía. El puertorriqueño se levantó herido, pero dispuesto a morir en la raya. Prosiguió el combate con un Sánchez haciendo un trabajo de demolición. Gómez, con sus ojos hinchados, de vez en cuando estrellaba sus “bazookazos” en la humanidad del mexicano, pero este de manera inteligente abandonaba la zona de peligro para luego regresar al plan establecido por su esquina.
La misma le advertía que mantuviera su viveza debido a que Gómez aún herido era peligroso. En el octavo asalto se definió el combate, la ofensiva por ambos era tremenda, hasta que Sánchez con un derechazo colocó en malas condiciones al puertorriqueño y remató con combinación. El referí detuvo el combate ante un Gómez que en vano deseaba continuar.
Fue una noche triste para el pueblo puertorriqueño y a su vez el pueblo mexicano celebraba una de las victorias más gloriosa de su historia. De esa manera, México pudo observar como un hijo de su patria vengaba la derrota de Carlos “Cañas” Zarate que tres años antes había sido noqueado por Gómez.
Siempre se menciona que Sánchez no noqueó a Gómez en el primer asalto porque deseaba castigarlo más por todo lo que había declarado el puertorriqueño. Su declaración real fue, “debo admitir que es bravo, fuerte y resistió un gran castigo hasta que el referí detuvo el combate. Escuché a mucha gente decir que debía haber acabado con él en el mismo primer asalto. Traté de hacerlo, lo traté enormemente, pero simplemente no pude”.