LA MALA ASIMILACIÓN NO FRUSTRA LA CARRERA DE UN BOXEADOR
Por Andrés Pascual
Hace poco leí que el azteca Johnny González (57-9, 48 KO’s y 4 recibidos) ha tenido un obstáculo en “la asimilación”, bueno, el problema “puede que sí, puede que no”, porque, caerse por el efecto de un golpe aparentemente asimilable por otros, es preocupante, sin embargo, los eruditos saben que, si predomina el poder de recuperación y “pasa el palo”, lo grave mejora. González es el campeón pluma del CMB. Perfeccionar la defensa es una ayuda para quien se caiga fácil por un impacto relativo.
Joe Louis se caía con facilidad, tenía mandíbula de cristal, pero se recuperaba y el agresor, por lo general, recibía su correspondiente dosis de anestesia por la osadía.
Hay que estar claros de la involución del boxeo de hoy, cualquier boxeador que reciba un knockdown, UN MISERABLE KNOCKDOWN, pierde todo el crédito fanático; si recibe un nocao, lo entierran, incluso si le dan y cancanea aunque no caiga, tiene en dudas su carrera, porque el trabajo negativo de una crónica muy acorde con los tiempos nace de esa matriz.
En la historia del boxeo han sido noqueados en sus primeras 5, 10 ó 15 peleas muchos inmortales, si quiere comprobarlo, revise los records de Arguello, de Durán o de Pacquiao y verá.
Johnny González tiene 48 kO’s sobre 63 bouts, su promedio de fuera de combate es uno de los mejores en esa división históricamente, al modo mío de verlo, el que tiene que preocuparse cuando pelee contra el mexicano es quien intente despojarlo, que hay 59 ejemplos y 48 de ellos que no pudieron terminar de pie.
El primero de agosto el nipón Hazuki Hashimoto, 11 ganadas, 7 de ellas por nocao y 4 perdidas, todas por la cuenta irremediable, debe tener mucho cuidado cuando intente contra González en México por la diadema superpluma; porque la posibilidad de que le metan el 5to es más real que las Cataratas del Niágara, para Hashimoto o para cualquiera, el problema no es lo poco que pueda recibir el campeón, sino escoger la mejor defensa que lo ponga a salvo del modo predilecto que tiene para ganar.