LA COMEDIA CONTINÚA
Por Andrés Pascual
Óscar cree que más de un millón y medio de hogares comprarán el PPV del pleito Canelo vs Cotto, tal vez, lo que no puede ni sugerir nadie, a pesar de que alimentan la idea con algo más que “peregrina”, es que vaya a insertarse entre las Grandes Batallas del Ring, que en estos tiempos le han cambiado el nombre a “megapelea”.
Y no puede considerarse así, porque ninguno de los dos es un verdadero superestrella del pugilismo, sino bastante buenos para la época mediocre, de exigencia miserable y consentidora de parte de un fanático que, en escala de 1-10, no llega a 5.
Hoy volví a leer en El Vocero que “Cotto tiene más experiencia”, señor ¿Hasta cuándo va a continuar con el baboseo? Hace una semana o menos saqué las cuentas de BoxRec y en lo único que supera numéricamente el boricua al mexicano es en edad, 35 por 25 y en % de nocaos, 72 Miguel y 68 Canelo; en todo lo otro, cantidad de peleas y rounds boxeados, están nivelados, aunque a favor del rubio 47 peleas por 44 y 314 asaltos de Álvarez por 309 Miguel…¡Por favor, no hable sandeces, que hay niños oyéndolo!:
http://portal-box.com/oponentes-y-de-kos-favorecen-a-cotto-pero/
Como que las fuentes del Nuevo Herald y el propio libelo tampoco pueden quedar detrás en la ofensiva contra la clase maestra, pues un titular que reza “Canelo apuesta todo al aprendizaje”; por mi existencia que no creo a nadie capaz de superar a esta gente en faltos de chispa y de esencia periodística, son morbosos contra ellos mismos, por eso representan un peligro existencial; según el periódico de la ciudad El Doral, el mexicano apelará a la “experiencia que logró en el combate contra May jr” y yo pregunto ¿Ese insulto a la inteligencia lo declaró el boxeador o lo inventaron, como todo lo que preparan en esa redacción, incluso en agencias de prensa con timoratos como Eric Núñez?
Si alguien del público cree que el Canelo sacó algo útil de la pelea que perdió contra el Money, considerable en el rango de aprendizaje para enfrentar a Cotto, mejor que vaya al siquiatra por no mandarlo a otro lugar, el mismo en el que debiera descansar cierta prensa, que escriben barbaridades porque, sin saber ni dónde están parados, al hacerlo ni respetan al fanático ni al erudito ni, por lo que se ve, les interesa