KAZUTO IOKA VENCE A JOSHUA FRANCO Y SE CORONA CAMPEÓN DEL MUNDO

Kazuto Ioka no consiguió la ansiada victoria por KO, pero cumplió su promesa de hacer valer cada golpe.

El único boxeador japonés que ha ganado títulos en cuatro divisiones de peso lo hizo bien por segunda vez al vencer a Joshua Franco por el título del peso gallo júnior de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). Ioka -nacido en Osaka y afincado en Tokio, pero que entrena en Las Vegas- asestó los golpes más contundentes en la revancha, que ganó por decisión unánime el sábado por la noche en el Gimnasio General Ota-City de Tokio.

Los jueces Pawel Kardyni (115-113), Guillermo Pérez (116-112) y Giuseppe Quartarone (116-112) otorgaron la victoria a Ioka, que se convirtió en seis veces campeón en cuatro divisiones de peso. La hazaña se produjo seis meses después de que Ioka y Franco, de San Antonio, empataran a doce asaltos por mayoría en su combate de unificación del título de peso gallo júnior de la AMB y la OMB, celebrado el 31 de diciembre en este mismo escenario.

En la revancha sólo estaba en juego un cinturón, que Ioka sólo pudo ganar después de que Franco pesara más de dos kilos por encima del límite de la división de las 115 libras. El miserable fallo en la báscula puso fin a su breve estancia como titular absoluto de la AMB, mientras que Ioka entró como retador tras ser relevado de su reinado en la OMB fuera del ring a principios de este año. Franco inició el combate de forma similar a su primer encuentro. El estadounidense, de 26 años, utilizó mucho el jab y superó significativamente a Ioka, cuyos golpes eran más impactantes, pero mucho menos frecuentes.

Ioka no tardó en entrar en calor. Salió encendido en el segundo asalto y aturdió brevemente a Franco, que utilizó el movimiento lateral para recuperarse. Ioka se mostró eficaz en el cuerpo a cuerpo y fue capaz de frenar a Franco, que seguía siendo el púgil más activo pero cuyas combinaciones alcanzaban sobre todo los guantes y los brazos de Ioka. La tendencia continuaría durante los siguientes asaltos. Franco lanzaba golpes a raudales, pero no con mucho detrás. Ioka continuó atacando el cuerpo y asestó golpes cortos en el tercer asalto.

Un derechazo al cuerpo de Ioka marcó un cuarto asalto en el que Franco comenzó a golpear con mayor frecuencia, pero eclipsado por los golpes más limpios y rectos de Ioka en el centro. Franco tuvo que lidiar con un corte en el ojo derecho en el quinto asalto, y la sangre le corrió por un lado de la cara durante el resto del combate.

La acción se volvió mucho más reñida en los asaltos intermedios. Franco mostró una mejoría respecto a la primera parte del combate, pero siguió luchando contra la mayor precisión de Ioka. Ioka no quería dejar nada al azar, pero empezó a sentirse bien con su actuación, ya que alardeó hacia el final del noveno asalto. Franco aprovechó el momento y superó a su rival, pero seguía siendo incapaz de asestar golpes limpios.

Ioka volvió a las andadas en el décimo asalto, en el que utilizó fintas para preparar su gancho de izquierda y sus rectos de derecha. No fue tan preciso como en los asaltos anteriores, pero sí más que Franco, que siguió la tendencia del primer combate, en el que el volumen superó con creces al impacto.

Era evidente que Franco necesitaba un nocaut para salir de Tokio con una victoria, aunque fuera sin el título. Curiosamente, el combate estaba igualado en la tarjeta de Kardyni (99-95) hasta el décimo asalto, mientras que Franco perdía por 96-94 y 97-93 en las dos tarjetas restantes. En cambio, fue Ioka quien siguió aplicando una fuerte presión y un persistente ataque al cuerpo junto con potentes ganchos de izquierda arriba. Franco siguió soltando las manos, pero fue incapaz de cronometrar el movimiento de cabeza de Ioka.

A Ioka se le saltaron las lágrimas de alegría cuando se anunció su nombre como vencedor oficial. Con esta victoria, Ioka aumenta a 30-2-1 (15 KOs) su récord, que incluye 16-2-1 (7 KOs) en peleas por el título primario en cuatro divisiones de peso. Ioka, de 34 años, inicia ahora su segundo reinado en el peso gallo júnior, ya que renunció a su cinturón de la OMB para proceder a la revancha del sábado.

Franco cayó a 18-2-3 (8KOs) y completó un viaje que pronto querrá olvidar. Fue una semana emocionalmente agotadora para el estadounidense de visita, que se vio obligado a creer días antes de la revancha que ese combate no se celebraría. Su cuerpo nunca se recuperó, ya que falló miserablemente en el peso y puso fin a su reinado por el título en la báscula. El revés hizo que Franco cayera a 0-1-1 en combates primarios por el título, ambos contra Ioka. Franco fue ascendido a titular absoluto de la AMB cuando Juan Francisco Estrada fue despojado de su condición de título “Súper” por no respetar un combate de consolidación del título ordenado.

Por su parte, Ioka puso fin a su reinado en el peso gallo júnior de la OMB tras cuatro años y seis defensas exitosas del título. Optó por seguir adelante con la revancha de Franco en lugar de una defensa obligatoria del título contra su compatriota Junto Natakani, que se hizo con el cinturón vacante tras noquear en el duodécimo asalto a Andrew Moloney. Estrada, Natakani e incluso el vencedor del combate entre Fernando Martínez y Jade Bornea por el título de la FIB del peso gallo júnior, que se celebrará esta noche en Estados Unidos, son ahora los objetivos de Ioka, que desea fervientemente unificar la división.

El objetivo se fijó la pasada Nochevieja, cuando Ioka tuvo la oportunidad de convertirse en el primer boxeador japonés en unificar dos o más títulos en al menos dos divisiones de peso. Naoya Inoue tiene ahora la oportunidad de batirle en esa marca, si se impone al campeón del peso pluma júnior del CMB/OMB, Stephen Fulton, el 25 de julio en Tokio.

Eso no disuadirá a Ioka de seguir dejando su huella en el deporte y en la historia del boxeo japonés, algo a lo que se ha acostumbrado durante gran parte de sus 14 años de carrera. El resultado del sábado no fue más que la última entrada en una carrera destinada a entrar en el Salón de la Fama.

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