Hagler-Durán / Dos grandes, un cuadrilátero
Un dia como hoy (en 1983) uno de los mejores medianos de la historia, el unificado campeón mundial Marvin Hagler (62-3-2-52 nocauts) enfrentó al que muchos consideran el mejor latinoamericano de la historia, el entonces campeón mundial en tres divisiones, el panameño Roberto ‘Manos de Piedra’ Durán (103-16-70 nocauts).
El panameño deseaba hacer historia, ser el primer latinoamericano en conquistar una cuarta división. Deseaba con toda mi alma que Durán hiciera historia, pero sabía que era misión casi imposible, pues Hagler había arrasado con todos los rivales que lo enfrentaron.
Aunque Durán durante el combate fue tomando confianza, Hagler no se amilanó ante la osadía de este. Lamentablemente, Durán se lesionó su mano derecha para el cuarto asalto, pero continuó hacia adelante. Hagler conectaba fuertes golpes con ambas manos, zarandeando al panameño en varias ocasiones, pero Durán utilizando su maña y veteranía resistía los embates del campeón.
A mitad de combate observaba que Durán le conectaba con todo a Hagler, este último lo asimalaba sin problema. ‘Marvelous’ buscaba la manera de sacar de circulación al panameño, este valientemente resistía.
Hagler continuaba con su ferrea ofensiva y Durán ripostaba con valentía, pero con menos volumen de golpeo. Hagler insistía en alcanzar el nocaut, pero el panameño era muy hábil y recurría al ‘clinch’ en momentos de peligro. Durán recurrió a todo su arsenal para obtener la victoria, pero tenía de frente un rival que lo superaba en estatura, alcance, fortaleza y de una fiereza brutal.
Cuando terminó el décimo quinto y último asalto, mi rostro delataba tristeza, pues sabía que Hagler había manifestado superioridad. Para mi sorpresa, los jueces brindaron un combate más cerrado de lo que realmente fue.
Hagler había vencido por decisión unánime. Pero al final de todo me sentía orgulloso de Durán, porque mostró gallardía y de paso se convirtió en el primer rival que le había durado 15 asaltos al campeón mundial en una defensa de título. Para ese tiempo un destructor como Marvin Hagler era prácticamente imposible que un rival recorriera la distancia.
El sueño de Durán de convertirse en tetracampeón mundial no pudo ser esa noche. Para Hagler fue el nombre que necesitaba para catapultarlo al estrellato. Con el tiempo ambos irían por más, pero eso es otra historia.