Guillermo Rigondeaux, “de traidor a campeón”
Crítica a una reseña
(Foto cortesía: Chris Farina-Top Rank)
Creo que no exagero si digo que he leído la reseña más de quince veces y mientras más lo hago me percato que lejos de una reseña como se denomina, no es sino una crítica total, cruel y ponzoñosa al personaje principal del libro: el boxeador cubano Guillermo Rigondeaux, porque a pesar de que la obra de casi 200 páginas no es sino un homenaje al campeón cubano y a su exitosa carrera, en casi la totalidad del contenido de dicha reseña, su autor se limita a desacreditarlo.
Me refiero a la reseña del escritor mexicano Emilio Sanchez sobre el libro “El camino de un boxeador cubano; Guillermo Rigondeaux: de traidor de Castro a campeón de America” publicado el pasado año y escrito por el periodista estadounidense Brin-Jonathan Butler.
Lejos de una evaluación crítica (positiva o constructiva) del libro de Butler, el autor de la reseña, sin disimularlo para nada deja a la luz la clara esencia de su escrito: su rechazo total al boxeador cubano.
Pero como la mayoría de sus argumentos no parecen ser razonables, a continuación presento a manera de ejemplos, algunos fragmentos de dicha reseña con los respectivos juicios en letra reforzada donde pretendo refutar la opinión del escritor.
Fragmento 1:
“Butler se la jugó en grande: invirtió toda su fortuna y credibilidad periodística en escribir un libro sobre el boxeador que ha sido considerado por HBO, ESPN, The New Yorker y otra larga lista de medios, como el más aburrido del planeta Tierra…”
Desde el mismo comienzo de la reseña, el autor no ofrece crédito alguno al libro de Butler. Quien lea este fragmento inicial posiblemente no comprará el libro. ¿Quien lo haría si le dijeran que la obra trata sobre el boxeador más aburrido del planeta? Paradójicamente, esos mismos medios ubican a Rigondeaux en sus listas de los mejores ‘libra por libra’ del mismo planeta en el que es el más aburrido según el escritor de la reseña.
Además, parece que tanto HBO, ESPN como la otra larga lista de medios, -no creo que sea tan larga-, se equivocaron al considerar a Rigondeaux como el más aburrido del planeta, pues si vamos a las causas del por qué de esta consideración, entonces Floyd Mayweather, Junior sería más ‘aburrido’ que Rigondeaux a pesar de ser el boxeador más taquillero y más millonario del Universo.
Fragmento 2:” …cuando uno recorre las páginas del libro, este dista de ser una historia hollywoodense de “un hombre hacia la libertad” y se convierte, más bien, en dos cosas: un entrañable reportaje sobre el mundo boxístico de Cuba y Estados Unidos, con todo y su fauna…”
En este fragmento se minimiza a la principal figura del libro y si bien el escritor de la reseña menciona además que Rigondeaux no deja de pasar a un segundo plano en la obra, con argumentos como este, él es quien trata por todos los medios de pasarlo a ese segundo plano, incluso por detrás de otros boxeadores que hicieron su carrera en Cuba.
Trata a toda costa de ubicar al propio autor (Butler) por encima de Rigondeaux quien sin duda y aunque se trate de negar, sí fue un hombre que salió en busca de su libertad usando como medio para ello el boxeo.
Fragmento 3
“El libro de Butler se puede comparar con algunas biografías que, por el modo en que acumulan atributos oscuros sobre el biografiado apagan el deseo en el lector de toparse algún día con este por las calles. “Materialista”, “triste”, “amargo”
Todo lo contrario, después de leer el libro uno quisiera toparse con Guillermo Rigondeaux para pedirle un autografo, para platicar con él sobre las vicisitudes que atravesó para llegar hasta donde se encuentra hoy.
No hay tales atributos oscuros en la personalidad de Guillermo Rigondeaux. Si materialistas son aquellos que anhelan la retribución adecuada por su trabajo, aquellos que anhelan una retribución material lejos de toda gratificación falsa, pues sería correcto serlo.
La tristeza y la amargura han asaltado en algun momento a todos los emigrantes que posean la más mínima pizca de sentimiento, por tanto, en ciertos momentos de su vida, Rigondeaux ha estado muy triste; sin embargo, por experiencia propia, puedo afirmar que no existe un boxeador más carismático que Guillermo Rigondeaux, hombre jovial, jaranero y como cubano al fin, bromista por excelencia.
Fragmento 4
“…un hombre cuya última aspiración es, simple y llanamente, dejar de ser un símbolo de congruencia en su madre patria –como lo fueran Teófilo Stevenson y Félix Savón– y convertirse en un individuo y en un boxeador professional”.
El contenido de este fragmento es superfluo en su totalidad, hasta absurdo. ¿que boxeador no desea recibir ganancias en un mundo donde sabe que puede triunfar? Lamentablemente los tiempos han cambiado y si Stevenson y Savon no lo hicieron fue debido a otras condiciones, no por el hecho de que hayan amado más a su patria que Rigondeaux. Bellas palabras, pero ficticias. El ser humano siempre buscará la mejor opción, esto no se discute.
Fragmento 5
“Volviendo a los admiradores de Rigondeaux, si bien podrán sentirse defraudados ante el hecho de que su héroe no tenga ni el ingenio de Muhammad Alí, el don de gentes que ostenta Pacquiao, ni la divertida bravuconería de Zab Judah…”.
Realmente los admiradores de Rigondeaux están muy lejos de sentirse defraudados, todo lo contrario. Cada boxeador tiene su don. El ingenio de Ali es único, pero el arte defensivo de Rigondeaux es único también, cada cual con lo suyo.
Quizás Rigondeaux no tenga el don de gentes que tiene Pacquiao en Filipinas, pero sí lo ostenta entre millones de cubanos y entre muchos otros que reconocen el arte del boxeo. No es correcta esta comparación. Y en cuanto a Zab Judah no dispongo de palabras pues como boxeador, no se puede comparar al cubano.
Fragmento 6
“Un mérito adicional para Butler, haber escrito un libro impecable a pesar de no contar con un sujeto de estudio carismático como lo tuvo, pongamos, David Remnick al escribir ‘King of the World’, su ya clásico libro sobre Muhammad Alí”.
De nuevo las comparaciones absurdas y de nuevo la forma de tratar de ubicar a Rigondeaux en un plano inferior al autor. El autor es el autor y el protagonista es el protagonista.
Vuelve a mencionar a Ali, el mejor de todos los tiempos como patrón de comparación. Sin quererlo, esto favorece al cubano pero repito, son comparaciones que en el fondo no tienen sentido lógico pero que tratan, sin dudas, de minimizar una y otra vez al personaje principal de la obra.
Fragmento 7
“Si bien la suma de los rasgos de Rigondeux nos otorga un sujeto soso, nada parecido sucede con el resto de los personajes que figuran en el libro, comenzando con el mismísimo Butler…”.
Increíble. Aquí no solo trata de ubicar al personaje principal por debajo del autor una vez más. Tamaña imprecisión que en este caso ubica a ¡TODOS! los personajes del libro por encima de la figura principal porque ninguno es tan ‘soso’ como el boxeador cubano. Esto parece una broma.
Fragmento 8
“Y ahora volvamos al inicio de esta reseña. Si Butler se la jugó a favor del boxeador más aburrido del mundo es porque este boxeador es considerado, al mismo tiempo, el mejor del mundo, o por lo menos esa es la opinión de Freddy Roach, quien se ha referido a Rigondeaux como “el peleador más talentoso que haya visto”, y vaya si Roach ha visto boxeadores talentosos. Pero Freddy Roach es una voz perdida en el Aleph mediático del boxeo…”.
Es tanto el reproche hacia Rigondeaux, que aquí el escritor de la reseña se ve obligado a desacreditar a uno de los mejores entrenadores del boxeo debido a su opinión positiva sobre el cubano. Es fiel a su constante línea en la reseña. Nada en favor de Rigondeaux. Criticar a todo el que lo apoye.
Fragmento 9
“Butler muestra ser un idealista en el sentido de que defiende un ideal de boxeo en el que lo que importa es el boxeo mismo y nada más, y no es de extrañar, pues, que haya escrito un libro sobre el otro gran idealista del boxeo, Guillermo Rigondeaux, el púgil que va de asalto en asalto dando cátedra de lo que es el mejor boxeo del mundo mientras recibe abucheos y mentadas de madre de un público sediento de triunfos por la vía del cloroformo.”
Aqui vuelve a quitarle créditos al autor Butler por apoyar el estilo boxístico de Rigondeaux. Se limita a resaltar las críticas y supuestas mentadas de madre del público sin señalar siquiera lo posititivo del estilo que emplea el cubano.
Menciona a un público sediento de triunfos por la vía del cloroformo y al parecer tampoco conoce el récord de un Rigo que ha obtenido casi el setenta porciento de sus victorias antes del límite, respondiendo de modo paradójico al gusto de la mayoría, segun el escritor.
Fragmento 10
“Resulta curioso cómo, si el castigo que el gobierno cubano dio a Rigondeaux por su intento de deserción fue el aislamiento social, el castigo propinado por la industria del boxeo estadounidense consistió en el aislamiento mediático…Es así como Rigondeaux se convierte en el Edipo moderno: se jugó todo para huir del anonimato al que lo tenían destinado en Cuba y terminó en… el anonimato”.
Falso totalmente, quizá debido al desconocimiento. Si bien la represalia tomada por el gobierno cubano por la deserción le implicó el aislamiento de las competiciones boxísticas, jamás le condujo al anonimato.
Situaciones como estas generan gran popularidad, sobre todo si la víctima es un ídolo deportivo y en aquellos momentos, todos en Cuba, pero todos, se interesaban más que nunca por la carrera del cubano.
Lo mismo ocurre en Estados Unidos. Debido precisamente al conocido rechazo de ciertos medios, Rigondeaux es más famoso cada día, y los que no lo conocen ya preguntan por uno de los mejores del mundo.
En estos momentos y merced repito a su peculiar situación, es más conocido y famoso que nunca antes. En lugar de lo que aparece en la reseña, hubiera sido correcto afirmar que Rigondeaux salió del aislamiento en Cuba para alcanzar fama y dinero en el boxeo profesional de Estados Unidos.
Fragmento 11
“¿Cuánta gente habrá visto su pelea en contra de Kokietgym? … el respetable público, aquel que llena las arenas y paga por ver las peleas de Pago por Evento, no aprecia que un boxeador pueda repartir leña sin recibirla a cambio.
Y quiere, además, a un boxeador guapo, simpático y pendenciero que lo cautive con su personalidad al tiempo que sea capaz de fustigar con insultos ingeniosos a sus oponentes. Nada de esto lo tiene Rigondeaux. Lo guapo y lo simpático no lo va a obtener nunca, aunque sí podría dar un giro a su estilo técnico y defensivo y darle al público lo que quiere”.
Miles de cubanos vieron las peleas contra Kokietgym y contra Amagasa y posiblemente también millones de japoneses que han declarado sentir respeto por el estilo del cubano. Al escritor de la reseña se le respeta su criterio pero no debería expresarse por los demás. A miles les encanta el arte del boxeo. En cuanto a lo de guapo, muchos grandes boxeadores en la historia no han sido tan guapos.
El boxeo requiere de boxeadores no de modelos de pasarelas. Por otra parte, Rigondeaux es un boxeador no un payaso. El escritor asegura además que lo simpático no lo va a tener nunca.
Aquí vuelve a errar lamentablemente pues Rigondeaux es simpático de nacimiento y si algún día el cubano decidiera dar un giro a su estilo, pues entonces dejaría de ser lo grande que es. El escritor habla por el público, sin embargo, una buena parte del público quiere a Rigondeaux tal cual es: el hombre del boxeo total.
El escritor cierra la resena con la siguiente oración: “El principal mérito del libro de Butler es haber narrado el camino que llevó a Rigondeaux a semejante encrucijada” pero lamentablemente aquí hay que aducir que su cierre fue desastroso, porque realmente el principal mérito de Butler en su libro fue haber narrado el difícil camino que llevó a Guillermo Rigondeaux a convertirse en uno de los mejores del boxeo mundial.
A pesar de todo justifico en cierto modo al autor de esta reseña. Es posible que sus raíces provengan de un terreno donde boxeo es solo pelear y no arte; él no conoce esto último, no es su culpa.
Para los que deseen leer la reseña completa aquí les dejo el enlace:
http://hermanocerdo.com/2014/07/guillermo-rigondeaux-de-traidor-a-campeon/#sthash.k0Sp7xTC.dpuf
https://www.youtube.com/watch?v=e822kpmJVBY&feature=player_detailpage#t=2172
Pues para nosotros los cubanos nuestro idolo no es ni superman , ni ningun superhombre, nuestro idolo es menique, chiquito pero astuto. Para nosotros no es ningun merito ganar a lo bruto , eso es para loa burros.
Sería bueno que enfiles tu esfuerzo y tu crítica hacia la tiranía, que causó la pérdida de personalidad del boxeo cubano, habla, discute…convence de que el castrismo es muy malo, entonces estarás haciéndole justicia al deporte y a la sociedad. En realidad, ninguno se va por libertad ni por ninguna de esas “nimiedades”