Ganó Canelo y punto: No ha hay razón para disputar la decisión a favor del mexicano
¡Ganٕó el mexicano y punto! Si el entrenador Freddie Roach no abre la boca para vaticinar, erróneamente, que su pupilo Miguel Cotto va a ganar y quizá hasta noquear a Canelo Alvarez, la abre para quejarse de las decisiones en su contra.
Si bien es cierto que los miopes jueces vieron un combate que no era dándole una decisión de calle al púgil azteca con sus tarjetas descabelladas y absurdas, sí ganó el mexicano y por buen margen. Vi ganar al mexicano por 8-4 o cuando menos un 7-5, simplemente, porque pegó los golpes más duros y siempre fue para adelante a un paso lento pero agresivo que cuenta mucho en los combates.
A Cotto lo mandaron a boxear. ¡Hágame usted el favor! Salió a boxear cuando Roach había dicho que noquearía al púgil tapatío. El boricua dio un concierto, pero no de box, pero de salsa. Brincoteando en la punta de los pies y con la cara tapada con los guantes, tuvo sus momentos metiendo algunos golpes en la faz de un Canelo que iba hacia el frente. El mexicano, sin embargo, logró esquivar la mayoría de los golpes de Cotto con un mejorado cabeceo, mientras que él lanzaba y conectaba sus obuses en la humanidad del boricua. Sin embargo, fue un combate en el cual los dos púgiles mostraron demasiado respeto.
Cotto se la pasó bailoteando arrancando una página de los apestosos Floyd Mayweather, Erislandy Lara y Guillermo Ringondeaux, sin jamás tratar de noquear al mexicano como lo había dicho a los cuatro vientos el parlanchín Roach. Cotto, a sus 35 años, se vio bien, pero es obvio que no era un peso medio. El boricua debe regresar a las 154 libras y buscar algunas peleas millonarias más antes de retirarse.
“Ya que pasó el combate ante Cotto, ahora sí puedo decirles que peleo con Golovkin cuando el quiera. Ahorita mismo nos podemos echar unos 12 asaltos. No le tengo miedo a nadie”, dijo jubiloso el pelirrojo de Guadalajara. Canelo, con apenas 25 años, no tiene prisa por enfrentarse al kazajo. El que tiene prisa es Golovkin porque ya de los 30 años. El Canelo es el ídolo de la chicanada, mientras que Golovkin, aunque popular, no le llega en presencia al púgil mexicano.
El tijuanense Francisco Vargas y el japonés Tahashi Muira dieron un combate para la historia, pero que más podía esperarse de japoneses y mexicanos, guerreros samuráis y aztecas, respectivamente. Fue un combate de dominio alterno. Cuando todos pensábamos que Vargas acabaría con el nipón en los primeros asaltos, Miura se recuperó en los asaltos medianos cortando al mexicano abajo del ojo derecho y ejerciendo un dominio completo. Pero el “Bandido”, sacando fuerzas de flaqueza, se negó a tirar la toalla y en lugar inició un dramático ataque que castigó al oriental forzando al tercer hombre a detener el sangriento duelo en el 9º asalto. Este combate es líder, sin lugar a dudas, para la pelea del año.
Quien nunca estará en una pelea del año es el soporífero y apestoso cubano Rigondeaux. En otra pobre exhibición tipo Mayweather en donde no expuso nada, el cubano se izó con una aburrida y poco espectacular decisión sobre el desconocido filipino Francisco Drian. Los combates, o lo que sean, del cubano los están usando los promotores como relleno en sus funciones y ahí deben quedarse.
¡Happy Thanksgiving!