GANAN CRAWFORD POR KO, JULITO POR DEC. UNÁNIME Y MARES DIVIDIDA
Una noche de 4 programas, 2 buenos y 2 regulares, el mismo horario en lugares y telemisoras diferentes, llevado a la acción de un ring, hubo que correr más que Casamayor para ver 2 desde el inicio alternativamente, 3 ó 4 golpes de uno y 2 rounds de otro…
En Omaha, Terrence Crawford (30-0, 21 KO’s), campeón OMB y CMB superligero, toreó al mexicano John Molina (29-7, 23 KO’s), lo golpeó cómo quiso y cuanto pudo, que fue bastante, desde el primer round.
No hubo un asalto digno de levantar ni sospechas para Molina, el ganador jabeó, lo cruzó, corrió, lo hizo correr y, desde el 3er round, Molina respiraba por la boca y cada pie le pesaba una tonelada por la persecusión improductiva y por el desgaste que producen los golpes inefectivos y desorganizados, lanzados al aire o contra las sogas. Crawford fue una sombra y no se puede ganar contra una sombra, porque no lo encuentras y te golpea como quiera.
A los 2:10 del 8vo, Molina retó a Crawford en un momento de intercambios sin resolución en el centro, lo “cuqueó” y el americano decidió atacar, lo llevó a la esquina y allí le lanzó cuanto golpe conoce hasta provocar la intervención piadosa del referí a los 2:30 del asalto.
Norma de muchos peleadores derechos contra zurdos: dejan en el camerino la derecha obligatoria por sobre la zurda y ni intentan mantener contra las sogas al oponente, que no puede boxear si se le arrincona, aunque tal vez esté pidiendo mucho de un peleador de 70 % contra lo mejor de la actualidad.
Desde Monterrey, la casa de los Sultanes del beisbol mexicano, Julio César Chávez jr le ganó por decisión en 10 rounds al alemán Domink Britsch en supermedianos, aunque el hijo del campeonísimo ganó la mayoría de los rounds, a mi juicio 8, (magistrados 99-91 todos), no fue como para alquilar balcones ni espacio que habilite la esperanza exagerada; el germano, de menos estatura y alcance, trató siempre de romper la guardia deficiente de Julito y logró llegar con varios golpes a la cara y a los costados del ganador.
Aunque tiró más que otras veces, todavía el mexicano mantiene el afán por decidir con un golpe, en esta pelea, la riposta y la resistencia del importado produjeron buenos dividendos, porque Julio César no pudo anotarse un knockdown.
Único mexicano campeón mundial mediano, tuvo oportunidad de abrazar la gloria pero no pudo ni supo explotarlo, cuando dejó la artillería pesada para el round 12 por el campeonato mundial contra Maravilla Martínez, al que tiró a escasos 15 segundos del final; aunque muy lastimado, el argentino se paró y a Chávez jr le faltó la fuerza para lanzar el porrazo definitivo que encontrara a Maravilla en la lona al sonar la campana.
Martínez ganó 11 rounds por el capricho de un peleador que nunca llegará a la cúspide por bruto y sordo más que por no tener condiciones físicas y corazón, que le sobran.
En Los Ángeles, pelea de la que pude ver el onceno y el duodécimo por el campeonato mundial pluma AMB entre Jesús Cuéllar y Abner Mares, el ex-triple campeón mundial mexicano derrotó por decisión dividida al hasta anoche campeón argentino.
En el penúltimo asalto, Mares le conectó una buena combinación a la cara y a la cabeza a Cuéllar que lo envío a la lona, como pudo siguió y terminó el round.
Al último salió Mares confiado, a correr, a mantenerse lejos de la candela y a alzar la derecha sugiriéndole al público que el trabajo había concluido, sin embargo, porque el Diablo siempre está en alguna mesa de anotación, las tarjetas de dos jueces le dieron la pelea como fue, 117-111 y 116-110, mientras Lucifer dejo su olor a azufre detrás de un 115-112 por Cuéllar.
Curioso, el suramericano tuvo a Freddie Roach ayudándolo, que está teniendo muchas dificultades para que ganen sus boxeadores, situación que abre la puerta a la especulación, a la duda maldita sobre su capacidad de trainer y de esquina A-1, que cuestiona, además, si la capacidad boxística de Manny Pacquiao al alcanzar victorias fuera de lo común, se produjeron desde un ángulo humano natural o con ayuda ajena a esta naturaleza.
De la pelea de Jamal Charlo contra Williams vi los tres knockdowns en repetición, que obligaron al referí a decretar el nocao técnico.
Una buena noche, pero incómoda por la distribución de las peleas en carteleras y compañías de transmisión diferentes, noche A, de buen boxeo, hacía rato que no me conformaba con los resultados de la disciplina como anoche.