EL SUEÑO DE LUIS ORTIZ
Un sueño tiene dos formas de entenderse: positiva (su anhelo…); otra, negativa (no pone los pies en la tierra).
El boxeador cubano Luis Ortiz tiene un sueño en el sentido positivo de la expresión, también tiene recursos para convertirse en la pesadilla de CUALQUIERA. Sin embargo, hasta que no enfrente lo que desea, hasta que termine el round que lo declare vencedor en el pleito “soñado” (o en los), nadie debe comprometerse.
Cuando este hombre manejó los nombres de Klitschko y de Wilder, partes obligadas del guión que acelere su exigencia, no dijo nada extraño, nada imposible; porque, quien lo ha visto pelear, lo que pega; sabe que, quien sea, el nombre más grande entre mastodontes, debe preocuparse, máxime cuando los soñadores no tienen nada que perder en el intento, pero los campeones, cuando no le ponen asunto a ciertos momentos en su vida boxística, cuando no valoran la codicia de un peleador, su hambre, pueden despertar sobresaltados, con dolor de cabeza y sin las fajas que poseyeron.
Klitschko y Wilder superan ampliamente en estatura al antillano, pero tienen dificultades cuando les fajan hombres de menos estatura, que pueden causarles problemas si les llegan a infight; si han ganado peleas en que los han atacado así, ha sido porque la inferioridad por la falta de coraje o por muy poco golosos de sus contrarios, fue demoledora.
Entonces nadie debe correr riesgos, comprometedores de la sapiencia, con el rutinario “lo matan”, porque pudieran suceder cosas raras y desagradables, para los boxeadores y para quienes osen hablar barato.
El próximo contrario de Ortiz es el peleador argentino Matías Ariel Vidondo, de 39 años (desde hace rato no es obstáculo para mantenerse o para constituir un peligro la edad, sobran los ejemplos); cuyo récord de 20-1-1, 18 nocaos propinados y uno recibido, le califican como pegador, porque esos números valoran que el 82 % de sus ganadas han sido por fuera de combate.
La pelea Ortiz vs Vidondo forma parte de la cartelera del próximo sábado en el MSG de Nueva York, que cerrará el espectáculo el starbout Golotkin vs Lemieux. Yo me hubiera arriesgado a ponerle dos perdidas a Vidondo por KO, pero, por deportivismo, no lo hice.
El suramericano nunca ha peleado fuera de su patria, si no lo noquean, puede considerarse el hombre más afortunado del mundo.