EL REGRESO DEL VIEJITO: MOSLEY LE GANA A CANO POR VOTACIÓN UNÁNIME

La pelea fue pareja, pero con evidente ventaja de Shane Mosley (47-8-1, 39 KO’s) para llevarse la decisión unánime y todos los magistrados dándole la victoria 115-113 sobre Pablo Cano (26-3-1, 20 KO’s).

El pleito fue en Quintana Roo y, si no acaparó todo el público disponible, fue porque por televisión se presentó Lucas Mathysse contra Lamar Peterson a hacer lo que mejor sabe: noquear. El argentino, que anestesió al contrario en menos de dos rounds, poco a poco se está convirtiendo en una atracción de taquilla sólida.

Pero la pelea en peso welter entre el mexicano y el ex triple campeón fue lo mejor de la noche: un peleón en el que apenas hubo advertencias por el referí Jeff Nady.

En esa encuentro sucedió algo raro: Mosley, que desde el 6to comenzó a respirar por la boca, sin embargo, subió el ritmo de ataque desde ese propio round (algo contradictorio) que, a la larga, le benefició en la votación.

El 9no fue un asalto bueno para Cano, que no pudo anular al americano en el décimo, por lo que cayó abajo en la única tarjeta que lo tenía delante.

Muy significativo en esa derrota que el perdedor no utilizara el jab ni tan a menudo como debió ni tan efectivo cuando lo hizo, entonces se dedicó a tratar de conectar el golpe que decidiera, porque el Azúcar de California reflejó gelatina en las piernas un par de veces por impactos sin tanto poder.

Hay algo que está viciado en la anotación y es el “power-punch”, que en cualquier pleito se reflejan hasta 200 y más entre ambos peleadores, cuando el impacto fuerte es el que debe cimbrar al boxeador y colocarlo en marcha atrás, absolutamente a la riposta y casi indefenso. Un golpe a la cara que no puso al borde del nocao o de una caída a un peleador no puede ser, nunca lo fue, un “power-punch”.

Sin bien la victoria de Mosley fue meritoria (Cano ocupaba el 12 en el ranking de la Asociación en las 140 libras), no es menos cierto que, imponerse a un pegador fuerte, de 23 años, dice mucho del corazón del veterano gladiador de 41.

Pero que nadie se haga ilusiones con contrarios de más clase, mejores bolsas y más arriba en el ranking, ya el ganador no tiene ni el instinto ni la velocidad ni la estabilidad que empeños superiores requieren.