El C.M.B. y su supuesta autoridad
En los últimos meses han surgido una serie de situaciones “particulares” en el Consejo Mundial de Boxeo. Uno de esos casos es la “supuesta” defensa obligatoria del campeón mundial CMB, el puertorriqueño Miguel “Junito” Cotto frente al campeón mundial AMB, el kasajo Genaddy “GGG” Golovkin.
Golovkin “obtuvo” el título interino CMB al vencer al mexicano Marco Antonio Rubio. Gracias a una “filosófica” decisión del presidente del CMB, Sr. Mauricio Sulaimán, el kasajo se convirtió en el supuesto retador obligatorio de Cotto. Este combate provocó el comienzo de una serie de situaciones insólitas o descabelladas:
♢Nunca se había visto una unificación de un título interino de una entidad (CMB) con un título regular de otra entidad (AMB).
♢Nunca se había visto un campeón mundial de una entidad ser el retador de algún campeón mundial de otra entidad. Usted verifique los demás campeones mundiales de cualquier entidad y no va a encontrar a ninguno de ellos dentro de las clasificaciones de otra entidad. Eres retador o eres campeón para las dos cosas no puede ser.
♢El título interino del CMB que posee “GGG” no estuvo en juego porque supuestamente Monroe Jr “no se acató” a las reglas del prepesaje. ¿Algo tan fácil de cumplir que es prácticamente rutina? ¡Por favor!
♢De salir airoso Cotto en su defensa opcional frente al australiano Daniel Geale, si luego desea enfrentar a Saúl Alvarez, tiene que renunciar al título CMB o llegar un acuerdo (pedir permiso) con Golovkin bajo los términos de este para realizar la defensa ante el mexicano. Estoy seguro que el CMB no lo va despojar pues ya tiene calculada su cuota al sancionar un combate de título mundial y la cantidad es muy jugosa para dejarla pasar.
El otro caso reciente es el campeón mundial semi-pesado AMB, FIB y OMB, el ruso Sergey Kovalev. El CMB en una reunión de junta decidió premiar a Kovalev con el título diamante y de esa forma lo coloca como retador mandatorio del actual campeón mundial CMB, el haitiano Adonis Stevenson.
Acto seguido surge una de esas rarezas con estos movimientos que confunde al fanático ocasional y posiblemente al fanático acérrimo de este deporte. Kovalev defiende sus títulos frente al canadiense Jean Pascal. ¿Y adivinen que? Pascal no tenía la oportunidad de optar el título diamante CMB debido a que “escogió” no someterse a los reglamentos de dicho organismo. Si, claro.
Lo más extraño de todo esto es que nunca he leído o escuchado alguna declaración del presidente de la AMB, Gilberto Mendoza Jr sobre estos movimientos del CMB. Se ha mantenido al margen al igual que su homólogo de la FIB, Daryl J. Peoples.
Este servidor desea ver combates como Golovkin-Cotto, Cotto-Canelo, Kovalev-Stevenson. Todos deseamos esos combates, pero el CMB luce muy mal el intentar con esos títulos de cartón formalizar los mismos y además marginar a algunos clasificados que están esperando por una oportunidad.
El CMB desea mostrar autoridad en sus campeones Cotto y Stevenson, con advertencias de despojos si no cumplen con los mandatos. Es como tratar de hacer ver al fanático (quién realmente produce los sueldos de todos ellos), que esta haciendo justicia. Pero ese drama es solo un libreto.
Cotto no va a someterse a las condiciones de “GGG” ni de nadie, ya anteriormente ha demostrado su autoridad. Si el sale victorioso en su próximo compromiso va a enfrentar a Canelo con o sin título. Obviamente el CMB no va a perder su cuota y se inventará otro libreto para que su poca credibilidad no continue desgastandose.
Stevenson tampoco se someterá a nadie. Varias veces mencionó enfrentaría a Hopkins o Kovalev y ha terminado enfrentando a otros rivales.
Para que observen la supuesta autoridad pregunto, ¿Cuantas veces el CMB amonestó a Floyd Mayweather Jr para que defendiera el título superwelter que había obtenido de manos de Saúl “Canelo” Alvarez?
Lo lamentable de todo esto es que difícilmente las entidades hagan valer sus reglamentos originales. Mucho menos enmendado los mismos con leyes y títulos irrisorios. Al final terminan siendo letra muerta debido a la intromisión de promotores y cadenas televisivas que son los que verdaderamente dictan la pauta.