¿Dónde estuvo la ley en Las Vegas ante esa agresión?

Cuando el fotógrafo Al Bello, de Getty Image, segundos después del brutal nocao que le metió Márquez a Pacquiao, intentó retratar al Senador en el piso, “el trainer émerito” Freddie Roach le llamó la atención pretendiendo atemorizarlo: “eh, no puedes tomar fotos de Manny así…” ¿Por qué?, pregunto…

Freddie Roach es un pésimo preparador que logró 5 galardones de Entrenador del Año, pero que van a la cuenta de las sospechosas victorias del asiático.

El trabajo mediático corrupto y en función de la maquinaria creada por el peor elemento contra el boxeo en toda su historia, Bob Arum, ha hecho poco hincapié en un acontecimiento que debió tener más cobertura, porque parte del séquito casi real del perdedor agredieron al profesional del lente.

¿Por qué apenas se ha tratado la agresión que, como casi todo, pudiera convertirse en un precedente peligroso?

¿Cómo no se han tomado medidas legales contra la salvajada? ¿Quién es Manny Pacquiao para que esa bola, en argot beisbolero, “pase entre las piernas de un fildeador que la dejó seguir como si estuviera entregando un juego?

Hubo patadas lanzadas contra el fotógrafo, halones de camisa y persecución hasta las sogas con malas intenciones.

Se comentó que al individuo le sugirieron una demanda, pero se conforma (y busca) que el equipo en pleno de Pacquiao, incluyendo al trainer y al boxeador, se disculpen.

Mal hecho, debió demandar y tumbarles una buena cantidad, además de acusarlos judicialmente, porque ese elemento no se va a disculpar.

Bello se quedará sin desagravio monetario, que es lo que molesta por lo general y se va a crear la preocupación, plato nuevo sobre la mesa del boxeo actual de que, ciertos boxeadores, que ganan porque la compañía que los apoya puede intervenir desde la prensa y los jueces hasta las pruebas de laboratorios de ellos y de sus contrarios, también se mueven con séquitos de abusadores autorizados a golpear a gente acreditada cuando quieran sin que pase nada.