DOLORES, ESTRELLAS Y ESTRELLADOS: PACQUIAO
Bueno, en primer lugar, MAYWEATHER jr no va a empatar a Rocky Marciano ni aunque gane 60 más sin perder, que el leñador de Brockton, lo estoy repitiendo: ¡NUNCA LE PERMITIÓ A LOS JUECES QUE LE REGALARAN UN BOUT! sin embargo, como que la “caja registradora del pugilismo actual” recibió en bandeja sucia la decisión en la primera pelea contra el aguerrido José Luis Castillo, pues, moralmente, tiene una perdida.
Para el mexicano que robaron la noche del 20 de abril del 2002 en el MGM Grand de Las Vegas, queda el recuerdo, el cuento para los nietos, que, por lo general, es el paliativo a la amargura y a la frustración del pobre obrero que nunca podrá contra el gangsterismo. Y el eterno reconocimiento del cercano o del ajeno: “tú pateaste a May jr aquella noche”.
Pacquio no dio su mejor exhibición porque “tuvo dolores en el hombro”, permítanme decir algo, yo creo en su palabra, porque, quien se ve obligado a prescindir de las sustancias a la fuerza y “de zopetón”, inmediatamente comienza a padecer de dolores o de calambres, que fue lo que dijo a principios de abril pasado y yo lo critiqué al momento:
http://www.boxeodealtura.com/#!calambres-por-qu-lo-dicen/c1ut4
Claro que puede tener dolores, cualquier boxeador puede tener dolores y acalambrarse, pero, para los pugilistas como él, colocado indebidamente en la cima del boxeo de hoy, es tabú justificar una derrota con enfermedades o dolores, no puede, bajo ningún concepto, proponer ni sugerir nada por la derrota ante Floyd Mayweather jr que no sea porque “ni pudo ni supo” cómo. Ah, compruébelo en BoxRec: ¡12 ROUNDS MÁS SIN NOQUEAR!
Antes, la faceta de la decencia, de la moral, de la caballeriosidad de un atleta, todo alrededor de lo pundonoroso, se recogía en una palabra, que en Cuba se decía y escribía en ingles, hoy en ningún idioma: SPORTSMANSHIP, al asiático le faltó eso, que se ve tan mal cuando un deportista se arriesga y lo asume que lo desacredita totalmente, el filipino no solo fue vencido, sino que se comporta como MAL PERDEDOR. Tal vez soñó que podía ganarle a Maywearther jr y se frustró por la derrota apabullante en una pelea francamente mala, aunque, increíblemente, de ritmo rápido.
Pacquiao perdió porque no es como Mayweather jr, quien, sin estar ni entre los 10 libra por libra mejores de la historia (apreciación personal), es la máxima atracción de una época ridícula y vergonzosamente baja en principios y moral.
Estos tiempos son de Mayweather jr, tiempos, a fin de cuentas, encabezados también por perdedores inconformes, que, en vez de reconocer la derrota por la clase del contrario, pretenden cambiar y disminuir el trabajo de quien lo sometió, con ridículas declaraciones de un dolor que nadie sabe si existió.
En la pelea que Sugar Ray Robinson le puso “el ojo izquierdo de sapo” a Carmen Basilio, el Profesor boxeó con dolores infernales en la región lumbosacra, tanto que no le permitían desplazarse, así peleó y así perdió; cada golpe, cada gesto, eran una mueca de dolor (foto), pero no lo dijo antes ni, mucho menos, después, nadie oyó decir a Robinson que boxeó sin poder moverse y fue Gainford, su trainer, en 1959, quien hizo referencia al asunto sin demeritar la soberbia actuación del ítalo-americano.
Muy pocos supieron que, desde 1952, el cubano Kid Gavilán subía al ring luego de inyectarse fuertes dosis de novocaína en su mano derecha para calmar el dolor artrítico que interfería en su clase de inmortal genuino.
Hoy la sociedad tiene menos clase moral que antes, el público acepta y concede sin delimitar la frontera etimológica entre pulcro y puerco, que casi son parónimas, pero tienen significado contrario, por eso se escucha o se lee una justificación como la de Pacquiao que, vista de frente, es por gusto; porque, nadie lo dude, un boxeador, excelente peso pluma que fabricaron para otras divisiones con ayuda artificial, no podrá ganarle nunca a quien representa la clase de su generación en divisioners fáciles de llevar por su peso natural intermedio, es de tonto pensar así.
Hay algo que quiero compartir: el desayuno de Manny Pacquiao es un vaso de leche hirviendo con un huevo de pato cocido y el embrión dentro, incluso con plumas, en un cambio de sirviente que hizo en Filipinas, al pobre sustituto se le olvidó la leche y el boxeador, sin hablarle, le dio un par de galletas por la cara y lo botó ¿Cómo no va a decir semejante individuo que perdió porque le dolía el hombro?