Devin Haney derrota a Yuriorkis Gamboa sin brillo
Devin Haney cumplió con su objetivo: ganar. En una división tan apretada como el peso ligero, el estadounidense, de 21 años (hará 22 el 17 de noviembre), debía mostrar algo más y no lo consiguió. Retuvo el Mundial WBC de la categoría al derrotar a por decisión unánime (118-109, 120-107 y 120-107) a Yuriorkis Gamboa.
La pelea no cumplió con las expectativas. El cubano, de 38 años, tenía un gran interrogante sobre él: ¿Se habría recuperado de la rotura de su talón de Aquiles? Lo hizo, pero a medias. No fue el de siempre. Estuvo gris y Haney también.
Gamboa demostró desde el inicio que no poseía la movilidad de antaño. La dolencia que él sufrió hace once meses es complicada de curar y larga. Quizá un combate previo le hubiese venido bien… pero las circunstancias no están para elegir. Acudió a la cita, pero no fue él. La afición en las redes sociales se lamentaba de verle así. Campeón olímpico en Atenas 2004 y campeón mundial en dos divisiones, no está al nivel. Comenzó sorprendiendo con manos rápidas a la contra, pero fueron dos asaltos. Haney le había dado un poco de chanza para tomarle el ritmo a la pelea. Una vez que lo hizo la pelea tuvo el mismo rumbo.
Haney controló con su distancia, trabó en la corta y con destellos iba poniendo los asaltos de su lado. No necesitó más. Hizo lo justo, provocando una pelea aburrida. Tiene velocidad, buena movilidad y precisión, pero le faltó alma de guerrero, la misma que hubiese encendido a los fans. No lo hizo mal, pero si fuese un examen el seis sería su calificación.
No sufrió, ganó cómodo, pero se llevó más golpes que en ninguna pelea… y de manera innecesaria. Para él tuvo una buena actuación y pidió “grandes combates”. Apuntó a “Teófimo López”, aunque le valía “cualquier gran cartel”. A falta de lo que haga Ryan García ante Luke Campbell (5 de diciembre), Gervonta Davis y Teófimo parecen un punto por encima del resto.