Debe ser muy triste ser un boxeador retirado

Entre los deportistas retirados, el boxeador debe de ser el más triste y deprimido de todos. Los viejos deportistas como su servidor aun podemos gozar del deporte plenamente en el otoño de nuestras vidas. Tengo más de 60 años y aun juego basquetbol organizado y hasta cierto punto futbol americano, los deportes que jugué en high school (escuela secundaria) en mi adolescencia en El Paso, Texas. Juego, como lo hacen muchos de mis amigos de antaño en varias ligas de baloncesto. Le tiro decenas de pases a mis nietos en el parque y hasta a veces juego béisbol y softbol en las ligas de veteranos.

Pero como al box no se juega, todos esos boxeadores que se han retirado o los han retirado por diversas razones- la mayoría por veteranos-, no pueden gozar de su deporte favorito en la vejez. No hay clubs de boxeo para practicar este deporte cuando tienen 40, 50 o 60 años. Por esta y muchas otras razones más, el boxeador retirado es una persona solitaria triste y hasta deprimida aunque este rodeada de amigos y familiares, porque extraña con mucha pasión estar arriba en el ring como combatiente, no como manager, second o ayudante.

En muchos casos, ni promotores con éxito como Oscar de la Hoya se escapan de esta depresión o añoranza enfermiza por este brutal, pero fascinante deporte. Oscar, con toda y su gloria pasada, nunca debería de haber peleado con Manny Pacquiao. Ya no podía dar el peso pactado sin subir al ring como mango chupado o gabazo, pero se aferró a exponer en el ring algo que ya se le había acabado, la juventud, y pagó caramente las consecuencias. La juventud es el medio por el cual un atleta privilegiado como el Golden Boy en sus tiempos podía enseñar su enorme talento.

Ahora, en un dejo de hipocresía, el bibelot de East LA ha retado al UFC Conor McGregor a un combate, después de haber criticado enormemente el combate entre Floyd Mayweather y el irlandés. ¿Qué no está conforme Oscar con todo lo que ha logrado en su carrera y como promotor? Estuvo como boxear y ahora está como promotor en un lugar envidiable. Es un promotor millonario con un gran presente y gran futuro. Ahora ya nomás falta que su socio, El Ejecutor Bernard Hopkins quiera volver al box a sus 50 y pico de años, ¿Cómo se le ocurrió a el también a hacerle frente a un caballo joven y brioso como Joe Smith?

Que le dé gracias a Dios que está vivo después de su caída fuera del ring consecuencia de los  trompazos de Smith. Los veteranos retirados pueden seguir en el gimnasio teniendo sesiones de box con el costal o la perilla loca. En el caso de Oscar, puede esparear con Hopkins usando caretas y guantes de 20 onzas para mitigar la pegada de ambos. Sigan produciendo y promoviendo buenos boxeadores. Esto es lo que los fans queremos ver a de la Hoya, Hopkins y otros púgiles que están en su situación.

Contrario a lo que dice “El Chacal” Guillermo Rigondeaux , no tenemos que haber subido a un ring para saber si un boxeador es emocionante o no. El cubano es tan correlón y aburrido como lo fue Floyd Mayweather. La diferencia, con todo respeto a los fans no latinos, es que ellos toleraron a Mayweather y a su soporífero estilo de boxeo quien sabe porque razón. Lo he dicho en varias ocasiones, que si Mayweather hubiera sido mexicano nunca hubiera logrado la fortuna que hizo en Estados Unidos, porque en México lo hubieran abucheado y bajado del ring a cojinazos, sillazos y todos los objetos que los fans hubieran tenido a la mano.

Esto lo vi varias veces en Ciudad Juárez y por la televisión mexicana.  El Chacal será un excelente boxeador y grande en su propia mente, pero ante los ojos de los fans mexicanos y latinos es un boxeador sin chiste, aburrido y correlón. No por algo HBO dejó de programar sus peleas. Se sigue preparando a conciencia el púgil juarense Miguel Román, quien tiene una cita con el ilustre veterano Orlando “El Siri” Salido este sábado en Las Vegas, Nevada. Esta podría ser la última pelea de importancia para los dos púgiles aztecas. El duelo es por el campeonato interino superpluma de la CMB.