De la Hoya debe permanecer retirado…

Porque ya no aporta nada en el ring

No es fácil olvidarse de una paliza de órdago. Es aún más difícil olvidar esta repasada pugilística si esta punzante felpa la recibe uno arriba del ring y millones de personas son testigos de ello. Al parecer al Golden Boy Oscar de  la Hoya ya se le olvidó la humillante soba que le propinó el filipino Manny Pacquiao en el 2008. De la Hoya perdió, simplemente, porque ya no tenía nada que hacer arriba del ring como boxeador, especialmente ante un rival de la categoría del asiático.

Siete años después, a los 42 años, le han vuelto a picar la cresta para que regrese al ring. Floyd Mayweather Jr., buscando un rival fácil que le deje otra carretada de billetes, invitó al californiano a que saliera del retiro y que peleara con él. Al principio, el Golden Boy dijo que estaba muy ocupado con su compañía y felizmente retirado. Pero esto no duró mucho. En una entrevista con ESPN, Oscar ahora dice que existe un 50% de probabilidades de que regrese al ring ante Mayweather o ante Gennady Golovkin. ¿Qué está loco?

Sus socios y allegados deben hacerlo razonar. A estas alturas, Mayweather le haría una faena. Oscar no tocaría al Money ni lanzándole el banquillo. Sería una humillación total y un espectáculo muy vergonzoso para el Golden Boy, quien ha sido uno de los mejores boxeadores de esta generación. Por algo ya ha sido entronizado en el Salón de la Fama Internacional. Si un combate ante el parlanchín Mayweather sería humillante, ante el poderoso Golovkin sería hasta fatal. Como una aplanadora, el kazajo pasaría sobre la humanidad del nativo de East L.A.

Oscar dice que se ha cuidado como nunca en los últimos años, que ha dejado el licor y las drogas, que ha estado entrenando, y que se siente mejor que nunca. Oscar se está portando como un iluso, porque a su edad ya no puede ni con el Perro Angulo, quien es lento y le entran todos los golpes. Oscar debe seguir entrenando para mantenerse en forma, pero no para subir de nuevo al ring como profesional. Para que seguir arrastrando la cobija. Ya lo hizo dos veces ante Bernard Hopkins y en su última pelea ante Manny Pacquiao. ¿Quiere servirle de costal a alguien?

Allí está su boxeador Canelo Alvarez. Que le sirva de sparring al pecoso de Guadalajara para que vuelva a sentir el rigor del boxeo que tanto extraña. Yo estoy seguro que el pelirrojo mexicano no lo lastimaría ni lo podría en ridículo como lo harían Mayweather y Golovkin. Golden Boy Promotions es lo de Oscar en la actualidad. Su empresa lo mantendrá cerca del boxeo que tanto ama. Su era como boxeador ya pasó y tiene que entenderlo. Muhammad Ali no lo entendió cuando peleó  ante Larry Holmes, Sugar Ray Leonard no lo entendió cuando se enfrentó al Macho Camacho, Holmes tampoco lo entendió cuando regresó al ring a enfrentarse a Mike Tyson y ya todos sabemos lo que pasó.

Photo: Idris Erba/ Mayweather Promotions

Adrien Broner es un mequetrefe y pichicato. Desperdicia su talento tratando de imitar a Floyd Mayweather. Sube al ring y no pelea. Nomás amarra. Shawn Porter es todo lo contrario. Sabiendo que este combate lo elevaría de nuevo a los primeros planos en el box, el ex campeón welter subió al ring a combatir y le dio una repasada a Broner. Si Broner ya era un púgil que vivía en su propio y ficticio mundo, la paliza que recibió a manos del argentino Marcos Maidana lo acercó más al borde de lo incomprensible y lo absurdo