CUBANOS EN TITULARES, 3 DE CAFÉ Y 2 DE AZÚCAR

abril con un puercoPor Andrés Pascual

Pablo Samiento se banqueteó contra Maravilla Martínez, dijo que nadie había hecho tanto por el ex campeón, que no lo tuvo en cuenta para nada. Esas cosas suceden cuando la gente mediocre mira por encima del brazo. Los únicos que relacionan y personalizan con justicia meridiana la ayuda de trainers con sus éxitos son los boxeadores mexicanos.

El cubano de hoy se refiere a un muerto que sale, que, como sabemos, no existe: “la escuela cubana”. El único pugilista antillano que ha sido agradecido con su trainer después de su último éxito fue Rancés Barthelemy con Ismael Salas. Por cierto, no se oye mucho de la “escuelita kindergarten de Garmuri” últimamente.

La entrevista que le hizo la periodista a Richard Abril en Cuba (foto en actividad cuentapropista porcina), está para tomársela “hasta el último buchito”, como decía el comercial de una marca de café en Cuba:

http://oncubamagazine.com/deportes/richard-abril-el-cinturon-y-los-cerdos/

Y entienda bien, nadie debe interpretar ni a la ligera ni a libre albedrío lo que dijo el pugilista; es decir, yo por lo menos no lo encasillo en el desfasado “comunista” ni nada de eso, no le vi índices de peligrosidad política como para considerarlo “personna non grata” por el grupo pequeño, pero de amplia moral, que todavía existe en Miami.

Richard Abril es un perfecto idiota, eso sí, tan estúpido que ofende la inteligencia, a mi juicio, el boxeador llegó a Cuba y la gente del barrio le hicieron grupo, desempacó lo que llevaba como proyecto y “el sinsonte” se puso a “patás”, entonces el campeón “cogió cuerda” bajo el lema, casi susurro, porque “en silencio ha tenido que ser…” y se autodeclaró “salvador de…” por lo menos Isla de Pinos y a hablar tonterías.

¡Dos amigos no boxean! ¿Qué ley divina ni humana falló semejante estupidez? Hay cubanos que tienen como divisa lo anterior por paisanismo ¿Por qué no lo exigían en Cuba? Ah, tal vez no eran tan buenos amigos o quizás tratan de salvar los récordes de paisanos porque “son muy pocos”, para que no quede de su parte semejante horror.

A los únicos que les evitan un pleito es a dos hermanos o a padre y hijo, en Cuba castrista lo hicieron con los Valier (entregaron dos medallas sin acción). En los profesionales no cabe ninguna exigencia sin sentido común, sobre todo en los cubanos; porque pasan tanto trabajo para adividar un bout digno y aprovechable ni debían mencionar esa tontería.

¡Ah! pero José Pedraza y Román Martínez, de origen boricua, tampoco boxearían entre sí…

Deja un Comentario