Chávez, Junior y su desempeño frente a Brian Vera

J.C. Junior está haciendo muchas olas en el mundo del boxeo, y más que nada, porque parece comandar lo se hace o no se hace al respecto de cómo y cuando sube al ring. Se recuerda su derrota ante Sergio Martínez, y por supuesto, su indisciplina, porque se le encontró marihuana en las pruebas de reglamento.

Bueno, pero eso es cuento viejo, ya que después de que se le suspendió por casi un año, decía que reaparecería en agosto en México contra Martin Murray, el cual se miró dominante ante el argentino en Argentina, pero donde manda capitán no gobierna marinero, y ese lema le queda como anillo al dedo a Julito en Los Angeles.

Primero se canceló la función pactada para el 7 de septiembre, después se dejó llevar por la milonga y accedió a pelear en peso supermediano, pero en vísperas del compromiso, solo falto que la báscula soltara la carcajada al verlo en el borde de semicompleto, pero si los organizadores te regalan esas anormalidades, ¿a quién le dan pan que llore?

Julito fue entrenado por su padre y dijo que no siguió con Fredie Roach porque este está muy ocupado con Paquiao y con Cotto y no había mucho tiempo para que lo atendiera.

Ya en el ring Brian Vera, quien se ajustó a los deseos del Culichi, quiso pintar las reglas mediante un ataque sin tregua, cortando brecha sin sosiego, mientras Julito boxeaba, esperando el contragolpe prudente.

Vera con fama de ser un tipo que ha practicado muchos deportes, no se dejaba intimidar, y redoblaba la ofensa de un ‘Chavito’ que no me extrañaría y fuera el que cambiara la pelea pactada a 12 a celebrarse solo a 10 asaltos, teniendo en cuanta su inactividad y no estar en su mejor condición física que digamos, pero si mostraba las líneas del entrenamiento.

J.C. Junior seguía eligiendo con fría calma el aterrizaje de sus guantadas, pero su ojo ya mostraba el abuso de que estaba siendo objeto, y desde la quinta ronda, ya traía los brazos colgando, y no creemos que fue por estrategia.

Más, al fin se miró que lastimó a Vera, que de todos modos no rajo leña, y se quedó en la línea donde el fuego calcinaba. Así fue la historia de la contienda, Julito como el cazador paciente, de que su presa se le pondría de modo, y el ‘patito feo’ de la película que seguía intrépido, atacando sin miramientos, con una pegada quizá que no lastimaba mucho, pero sí que llamaba la atención.

En el séptimo J.C. Carrasco hizo un pasito de burla porque las cosas no sucedían como el quisiera, pero si logró lastimar de nuevo a Brian al cierre del asalto.

La pegada de Julito si era de más contundencia, pero Vera no le doblaba ni triplicaba la ofensa, se la cuadruplicaba, y tal punto se reflejaba en las tarjetas computarizadas.

J.C. junior quisó dictar las reglas en el ring, y el referí, al principio si pareció hacerle caso, pero después de las quejas le advirtió que los golpes que estaba recibiendo si estaban en la línea de la Chávez, Junior había incertidumbre.

Pero todo paso a solo ser un sustito, porque fue favorecido con amplio margen en la decisión unánime, que fue lo que despertó las bullas en los aficionados, pues a lo mejor si se identificaron con la tarjeta de 96-94, más no en la de 97-93 y mucho menos con la de 98-92 a favor del de Culiacán, que dice que las 168.00 libras será su siguiente estación.

Vera reclama revancha por considerarse una víctima del favoritismo que despierta el nombre de Julio César Chávez Junior.