Carreras en picada, pelea espectacular: Pinzón-Román
La carrera de Saúl Román pareció anunciar su fin después de la dolorosa derrota ante Vanes Martirosyan, a quien tuvo a punto del KO en junio de 2011, como lo anunció la trayectoria de José Pinzón después de la pelea que se le escapó de las manos contra Pawel Wolak, en diciembre de 2010; no obstante del decaimiento de su calidad y capital físico, el pasado sábado dieron una batalla, que obligó a verla al filo de la butaca.
El zancudo maya
La ventaja en alcance y altura que José “Barretas” Pinzón mostró en los primeros 4 años de su carrera le permitieron un número considerable de KO, pero su estilo en corto le cobró factura en su primera gran contienda, cuando fue derrotado por Jaime Barboza en mayo de 2010. Sin embargo, la revancha se decantó a favor del yucateco en octubre del mismo año.
Sin embargo, en una virulenta decisión, fue a anunciado para combatir contra el “Toro Salvaje” de Polonia en una serie eliminatoria hacia el cinto superwelter de la AMB, apenas dos meses después de su segunda batalla contra Barbosa. A pesar de la serie de errores en el inicio de la contienda, Pinzón logró imponer su boxeo y mecer la mandíbula del duro Pawel Wolak, mas le faltó el empuje para rematar la victoria y recibió una paliza de antología que ha mostrado grandes consecuencias en José.
A pesar de volver a la senda de la victoria, el “Barretas” quedó tocado de su contienda con Wolak, en vista de la facilidad con la que sus oponentes han logrado marearlo en el combate, como en su pelea ante Rogelio “Porky” Medina, en marzo de 2012, que apenas duró un solo episodio. Esa fragilidad ha mermado en gran medida el accionar del yucateco, a pesar de que enfrente a boxeadores mucho más pequeños, como en su victoria ante Cruz Antonio Flores, el 27 de octubre de 2012 en la Ciudad de México.
A pesar de lucir más potente y con un físico más trabajado, José tendrá que luchar el resto de su carrera con esa desventaja. En la pelea del pasado sábado logró domar a la “Fiera”, pero no pudo resistir el golpeo importante y terminó por sucumbir. No sabemos si médicamente Pinzón tendría que realizarse una revisión exhausta, no por demeritarlo como boxeador, sino por el bien de su salud.
El lobo sinaloense
¿A quién no impresionaban el arrojo y la fuerza con la que Saúl “Fiera” Román tumbaba a sus oponentes? A quien no le gusta el boxeo de choque siempre detectó que la defensa del sinaloense era un flan muy bien ocultado bajo su pegada, que en el momento más importante de su carrera le cobraría la factura.
Saúl, al igual que Pinzón, maravillo al inicio de su carrera con una serie casi ininterrumpida de KO ante oponentes de todos los tamaños y estilos. Casi ininterrumpida, puesto que entre los 24 anestesiados al inicio de su carrera, sólo dos hombres lograron vencerlo, por la vía rápida Jesús Soto Karass y Marco Antonio Rubio.
Como al “Barretas” a Román le llegó su día importante, y a pesar de generar gran expectativa de sus oportunidades de escalar hasta el título mundial CMB superwelter, enfrentó en abril de 2007 a un boxeador defensivo, que venía de cinco victorias ante peleadores de muy baja calidad. Ese boxeador lo noqueó en el cuarto episodio y ahora detenta el cinto CMB mediano: Sergio Gabriel “Maravilla” Martínez.
La decepción le costó a Román permanecer aislado de oportunidades del título del mundo por cuatro años, hasta que la contienda por el cinto plata CMB superwelter lo puso en el mismo cuadrilátero con Vanes Martirosyan. A pesar de la fama implacable del armenio, la “Fiera” pudo encerrarlo en cuerdas e hilar castigo en los primeros cuatro episodios, pero peleó con poca inteligencia y acabó su oxigeno para caer noqueado en el séptimo episodio.
Premio de consolación
Como parte de la segunda cartelera de la Arena Ciudad de México, el 27 de octubre de 2012, se anunció un combate parejo: José Pinzón enfrentaría a Saúl Román. El norte contra el sur, el Pacífico contra el Atlántico. Pero la “Fiera” se lesión y tuvieron que pasar cinco meses para que por fin se vieran las caras.
La pelea, a pesar de ser entre peleadores que han sumado importantes derrotas y que parecen enfilarse a la banca de los suplentes, fue bueno porque el nivel de ambos es parejo, porque son pegadores y porque sus desventajas evidentes armaron una pelea entretenida.
Con cambio de alternativas, con el evidente juego abierto que el cansancio provoca en dos boxeadores, golpes francos y abrazos desesperados en el albor de la derrota, ambos púgiles tuvieron su chanza y sólo el que logró apuntalar su posición logró que el réferi parara la pelea.
A pesar de no tener un campeonato en juego, una promesa de oportunidad o una bolsa jugosa, este pasado 23 de marzo Pinzón y Román se entregaron con garra a una pelea que parecería insensata. Lo hicieron en busca de reivindicarse en el boxeo, de sellar con otro boxeador reconocido una victoria. El dato del KO de Saúl quizás no mueva mucho las carreras de ambos, pero si será un oasis en medio de desiertos de fracasos.