Garibaldi (izquierda, dando indicaciones) y Byron Rojas (sobre la llanta). LAPRENSA/ CORTESÍAMIDIARIO
Fue tan solo el primer adiestramiento y el sudor corrió como cascada, el muchacho acostumbrado a entrenar sin límite de tiempo, sintió la diferencia de un entrenador de élite a nivel mundial de boxeo, como lo es Rigoberto Garibaldi.
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