Brilla el boxeo Mexicano en el Staples center de Los Ángeles
No hubo nocaut porque ninguno de los dos púgiles es noqueador nato. Pero esto importó muy poco, porque en el duelo entre los México-americanos Leo Santa Cruz y Abner Mares se presentaron todos los demás ingredientes para hacer un combate memorable. Ambos púgiles nacidos en México, pero criados en Los Angeles, se lanzaron más de dos mil golpes en su combate del sábado, más puñetazos que los que ha tirado Floyd Mayweather en toda su aburrida trayectoria.
Santa Cruz venció a Mares por mínimo margen, simplemente porque utilizó más el jab y es un peleador más técnico. Ambos peleadores se pegaron a placer arriba y abajo, pero no se pudieron lastimar seriamente, porque no tienen ese poder devastador en los nudillos. La confrontación fue entretenida de principio a fin. Ya fuera en las cuerdas o en medio del ring, los dos púgiles aztecas, como esos robots en los comerciales, se pegaron uno a otro a un ritmo vertiginoso.
No recuerdo que se haya registrado un combate en el cual se hayan tirado más de 2 mil golpes. Santa Cruz tiró más de mil y Mares casi mil. Estos son los combates que le gustan a los mexicanos. Los bailoteos son para una pista de baile y no tienen cabida en el ring. Se anticipaba una gran pelea entre los dos diminutos gladiadores mexicanos y los 13 mil y pico de fans que se aglomeraron en el amplio, bello y cómodo Staples Center, casa de los Clippers y los Lakers en la NBA, no salieron decepcionados.
Este combate merece una revancha y si termina igual, que es muy probable, merece un tercer combate. La técnica de Santa Cruz se impuso a la reciedumbre de Mares en esta ocasión
Antes del combate estrella, los también púgiles mexicanos Hugo Ruiz y Julio César Ceja prepararon el terreno para el platillo principal dando igualmente una memorable batalla. El “Pollito” Ceja, quien más bien es todo un gallo con bien desarrollados espolones, fue puesto en la lona en el tercer asalto de un duelo lleno de dinamita, pero se sobrepuso a la caída y con un bien dibujado gancho de izquierda noqueo a un bravo “Cuatito” Ruiz. Estos dos boxeadores son parte de la camada de púgiles mexicanos que vienen empujando fuerte. En la misma velada, Alfredo “Perro” Angulo fue el can de siempre. El Perro es una fiera tirando golpes y siempre gana cuando se enfrenta a rivales inferiores como Héctor Muñoz. Al can mexicano lo contratan porque es garantía de espectáculo ya sea noqueando o cuando es noqueado
Otro púgil con cierta atracción es Ricardo Mayorga. El púgil nica ya no pelea, pero su atractivo consiste en sus desmanes fuera del ring. Mayorga saca de quicio a sus rivales con insultos, con palabras altisonantes o tocándoles los glúteos a las mujeres de sus rivales, como lo hizo con la dama de Shane Mosley. Abajo del ring aun sabe cómo convencer a los promotores y a los rivales a que suban al ring con él, porque arriba del entarimado ya no trae nada.
Mosley, luciendo en gran forma a pesar de sus 44 años, barrió con un Mayorga de 41 años que lo único que aportó en el ring fue una serie de payasadas previas a ser noqueado por el Sugar en el sexto episodio.
El combate, escenificado en el Forum angelino ese mismo sábado, fue pago-por-evento. Sería interesante saber cuánta gente se fue con la finta y pagó por ver si el matador noqueaba a Mosley como había prometido. Circo, maroma y teatro arriba del ring.