“Bolivita” Uzcátegui. a ratificar su superioridad sobre el clasificado Andre Dirrell
El sábado 3 de marzo en el Barclay Center de Brooklyn en Nueva York
El venezolano José Uzcátegui irá este sábado a un compromiso muy esperado por la afición boxística cuando enfrente nuevamente al clasificado peleador estadounidense, André Dirrell con el cual, ya protagonizó un polémico combate, el 20 de mayo de 2017 en Maryland y en el cual, Uzcátegui fue descalificado por pegar después de la campana a un Dirrell que ya pasaba más tiempo en la lona que presentando pelea.
El venezolano, oriundo de El Vigía, Estado Mérida, (Tierra del recordado noqueador, Edwin Valero) en Venezuela, presenta un record de 26 triunfos, 22 de ellos por Ko, y dos derrotas. Bolivita hoy y desde hace varios años, reside en Tijuana, Baja California, donde ha llevado adelante una fructífera campaña. Tiene buenos triunfos sobre hombres como Julius Jackson, el 6 de octubre de 2015 en San Antonio, Texas, al que noqueó en el 2do asalto. Jackson hasta entonces, estaba invicto en 19 peleas con 15 Kos. Uzc+ategui marchaba invicto en 19 peleas cuando enfrentó en Tijuana al peligroso guerrero sonorense Rogelio Medina al que venció por decisión unánime en duro combate.
En su pelea 23, se las vio con el Campeón Mundial Amateur de Chicago 2007, Matt Korobov. La pelea fue en el Century Link de Omaha, Nebraska. Esa noche, Bolivita lució desconcertado y timorato ante el ruso y perdió por decisión unánime. Esa es realmente su única derrota real, ya que la de Dirrell fue catalogada por todos los medios de comunicación impresos, radiales, televisivos y digitales como un verdadero robo. De allí que se haya ordenado una revancha que será este sábado 3 de marzo en Nueva York. La pelea debió celebrarse desde hace tiempo pero la gente de Dirrell trató de evadirla amparándose en esa vergonzosa “victoria” por descalificación en la cual, el referee Bill Clancy lo levantó de la lona para declararlo “vencedor”.
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Fue un combate en el cual, la campana no era captada o escuchada por los contendores. Bolivita había dominado ampliamente y ya Dirrell había rodado por la lona en varias oportunidades. En algunas, Clancy le contó y en otras, se hizo “El Paisa”. Es verdad que Uzcátegui no escuchó la campana y siguió peleando. Por ello había sido amonestado varias veces. Pero en el round del problema –o del Nocaut-, el 8vo, Dirrell estaba tratando de contragolpear, pese a que lo estaban zarandeando. Cuando lanzaba una combinación de golpes, Bolivita no pudo contener el último golpe que lanzó al tiempo que sonaba la campana y le asestó el puño que derribó a Dirrell. Este se quedó en la lona completamente nocaut.
El referee Clancy olvidó que Dirrell trataba de contragolpear, y también por eso Bolivita siguió peleando. Ese golpe lo pudo haber pegado Dirrell. No lo hizo porque estaba al borde del Ko, pero estaba peleando. Después de concluido el combate con la consiguiente descalificación del venezolano, un miembro del Team Dirrell, identificado con una chaqueta del grupo, se acercó a la esquina del venezolano y lo golpeó a mansalva y a puño limpio. Según se dijo, este individuo debía ir preso por este delito cometido.
Hay otra llamada de atención, que no se debe olvidar. El venezolano había derribado varias veces a Dirrell y mientras estuvo de pie, lo estuvo zarandeando. Vean cómo iban las votaciones de los jueces hasta el momento de la definición. Dave Braslow 77-74; Jamie Garayua 77-75 y Paul Wallace 76-76, todos a favor de Bolivita, claro. Pero, ¿Cómo es posible que Garatua y Wallace ignoraran la paliza que Bolivita le había dado a Dirrell? ¿Qué round ganó Dirrell? ¿Con que cara Dirrell levanta los brazos en señal de victoria si barrieron el piso con él?
Esa votación de estos jueces, debe alertar a Uzcátegui y a su esquina para que estén claros en que si no noquean, podrían ser despojados de un legítimo triunfo como ocurrió en Maryland. También hay que estar alerta con los acompañantes de Dirrell que, al parecer acostumbran a practicar el agavillamiento y se fían de la complacencia de las autoridades. Debe el equipo del venezolano, estar muy atento a las tablillas que avisan cuando faltan 10 segundos para no dar excusas al árbitro a que pueda amonestar a Bolivita o a descontarle puntos o también, a descalificarlo.
Si peleas son peleas, Bolivita debe noquear nuevamente a Dirrell y colocarse a tiro de una pelea de título Mundial ante alguno de los Monarcas que reinan actualmente.