Bandido Vargas lamenta haber perdido título por vieja herida
Por Juan Manuel Vázquez
Francisco “Bandido” Vargas temía que la herida añeja del párpado izquierdo se volviera a abrir. Y se abrió. Eso le costó la pelea y el título superpluma WBC contra Miguel Berchelt. La cortada lucía espeluznante al final de la pelea. La sangre terminó por cegarlo y para mayor dramatismo dejó manchada la camisa del réferi, quien detuvo la pelea en el undécimo asalto para decretar nuevo campeón a Berchelt.
La cortada suele abrirse en el rostro del Bandido, acostumbrado a ganar a costa de comer una cantidad asombrosa de golpes y a terminar batido en sangre. Un estilo de kamikaze, pero con el que consiguió el título en noviembre de 2015 ante Takashi Miura.
“Yo sabía que podía volver a abrirse en cualquier momento, aunque pensé que ya había sanado bien de esa herida, porque dejé de pelear por seis meses, también sabía que estaba sensible”, recuerda el Bandido, cuyo combate anterior fue en junio de 2016 y resultó también una carnicería ante Orlando Salido.
Vargas sintió cuando la cicatriz cedía de nuevo y empezaba a sangrar. “Me di cuenta de que iba a tener problemas, por la sangre que no me dejaba ver, porque el réferi empieza a mandarme con el médico para que me revise; con todo eso ya no te puedes concentrar y empiezas a preocuparte”.
Aunque dice tener el ánimo estable, reconoce la tristeza de haber perdido el título, que sólo duró poco más de un año, y con eso se estropearon algunos planes. Hay que remontar tras perder un campeonato. Pero lo que más le pesa es que la derrota fue por esos tajos que desde antes eran motivo de preguntas sobre el estado de la recuperación.
“No fue poco tiempo el que me duró el campeonato del mundo (lo perdió en la segunda defensa), pero así es el boxeo. Sólo me queda descansar y recuperarme de las heridas; ya me cosieron. Tal vez necesite una cirugía para que quede bien de esos cortes”, cuenta.