Azteca Leo Santacruz se venga de Carl Frampton y recupera el cinto mundial pluma
Este 28 de enero le dijimos en el boxeo bienvenido al año nuevo con una tremenda guerra candidata a la pelea del año, pero vamos a empezar por decirles que en la ciudad de Las Vegas se celebraba el Año del Gallo del calendario Chino, y en el MGM Grand se llevaba a cabo la pelea revancha entre Leo Santacruz contra el favorito de los expertos en los momios, (2×1) Carl Frampton ante una 10,085 con boleto de admisión que ondeaban con orgullo patriótico las banderas de México y de Irlanda por doquier.
El alboroto de locura de los irlandeses que andaban con sus ropas de colores llamativos y cantando a coro colectivo en apoyo a su paisano que llegó al ring confidente de poder propinarle otra descalabrada al orgullo de Michoacán, quien no se quedo muy contento con el veredicto que le puso una mancha en su currículo de 34 combates y se decía que a causa de la noticia de la salud de su padre no estaba anímicamente mentalmente y que eso contribuyo a que los jueces se inclinaran por el apodado “Chacal” quien a mi ver si ganó bien en su primer encuentro y si perdió bien en la tremenda revancha no apta para personas cardiacas.
Esta vez Leo se propuso de seguir al pie de la letra la estrategia de contragolpear sin descuidar la guardia y no dejar de responder cada golpe recibido para su cuenta por si el veredicto se resolviera por los números que por cierto se pagaba 3 veces menos si pasaba el onceavo asalto.
Para Santacruz fue su 13ava pelea siendo este número su suerte al entrar al round 13 o sea el 1ro, en el cual entro sin andarse con rodeos mediante un ataque certero ante el Si Se Puede de sus admiradores y Frampton con un corte de brecha también le entraba al toro por los cuernos.
Leo se ponía vivo en no atrasarse en las matemáticas de juicio y se aseguraba de poner su huella en la humanidad de Carl quien como perro pitbull provocaba el encierro tipo caseta telefónica con las intenciones de que sus puños traspasaran hasta el tuétano. Al cierre del cuarto asalto Frampton cayó a la lona, pero se declaro de resbalón o pisotón.
Leo se ponía buzo abriéndole brecha a su diestra y no se dejaba amedrantar ante el acoso de Carl y jalaba del gatillo cortando cartucho con eficacia ante los ojos de todos, hasta de los Frantonistas que seguían cantando a pulmón abierto y bailando sin cesar.
En el sexto asalto Frampton pareció tener un segundo viento y parecía que iba a tomar el filo de la batuta en una pelea clásica donde ninguno estaba dispuesto a bajar bandera.
El de Irlanda estaba dispuesto a pagar las consecuencias de entrar a la línea del fuego con tal de poner sus guantadas donde se las proponía y al ser detectado hacia alarde de cintura, piernas eludiendo granadas a granel.
Frampton enajenado en su ataque sin tregua en lo angosto y en momentos Leo perdía la brújula pero por inercia natural emparejaba la contienda con ganchos a quemarropa que a cualquier otro hubieran depositado en la lona.
Para alturas del noveno rollo ya Carl no estaba tan seguro de seguir acosando a un Santacruz que lo acicateaba en el toque de queda ante los canticos por doquier opacados por el grito de México.
Leo esta vez como director del concierto violento ponía kilos extra en cada guantada en las zonas blandas y Frampton absorbía sin dar señal de estar lastimado.
En el último asalto Carl dispuesto a vender caro el pellejo sintió la urgencia de aplacar a su némesis pegándosele para no darle a Leo oportunidad de responder con aplomo, pero El Terremoto se las ingeniaba para ahuyentar los fantasmas de la duda de quién ganaría, sabiendo que cualquiera de los dos merecía la victoria y el primer juez los vio tablas 114-114, mas los otros dos fueron 115-113 a favor de Santacruz que logró hacer lo que le dijo el ganso a la gansa, venganza. Y antes de bajarse del ring ya estaban dialogando el tercer baile del oso.
En la antesala Mikey Garcia sigue su ruta hacia la cima con tremenda anestesia que le propino al de Montenegro Dejan Zlaticanin quien fue fulminado como si le hubiera caído un relámpago en el tercer asalto.
(Fotos: JORGE NAJERA)