APARECIÓ RIGONDEAUX

Por Andrés Pascual

Nonito Donaire quiere la revancha contra el cubano ¿La merece? No, el espectáculo fue deprimente, un campeón persiguiendo al retador como si este le hubiera llevado la faja de las manos; con mucho menos velocidad e infinitamente menos técnico; con una esquina que no fue capaz de advertirle al filipino que la faja era suya, que no necesitaba buscarla, que no debía correr para que el oriental se aproximara y, si no lo hacía, si no entraba en media, obligar al referí a llamarle la atención a Rigondeaux por no brindar pelea; además de estimular el malestar del público contra el paisano de Mantequilla por lo mismo.

Nada de eso hicieron porque nunca entendieron que el ganador era dos veces más rápido, que correr tras otro provoca grietas en el balance defensivo, porque la inercia la rompe el corredor cada vez que quiera a su favor, entonces el zurdo corrió, entró cada vez que vio huecos y golpeó como quiso al asiático. Si se decidieran por la pelea Riogondeaux ganaría otra vez.

Pero está Lomachenko, que es mejor que Nonito, que es calculador, astuto, imprevisible, intuitivo y de instinto homicida, que no tiene la velocidad de Rigondeaux, pero en cuanto al boxeo profesional, de media e infight, supera al cubano, tanto que este nunca intenta boxear en esas distancias ni con la autoridad de un campeón mundial contra peleadores inferiores.

Egis Klimas, apoderado de Vasyl Lomachenko, busca una pelea contra el cubano, pero en las 126 libras, que no afectaría la velocidad de Rigondeaux, pero el hecho de sugerir un peso que no es el de un pugilista impresiona y es eso es lo que persigue.

Dice que la pelea sería una buena oferta para el público, yo también, porque una cantidad de fanáticos interesante observaría el combate, no como un enfrentamiento imparcial y disfrutable, sino para ver al euro-oriental masacrando al cubano y ese comportamiento enfermizo atrae, porque Rigondeaux tiene tanta gente en contra que espera que lo hagan leña en cualquier momento como May jr. El zurdo cubano tiene mayoría mucho más que generosa que no lo sigue para disfrutar ni su ética ni su técnica, sino espera que pierda para alimentar el pronóstico que, como un dardo venenoso, no ha logrado hacer diana aún.

Un detalle que es vicioso entre cierta prensa y algunos “hombres de boxeo”, Klimas trata de avivar el posible interés con recursos contrarios a lo razonable e indicado: porque “son dos olímpicos” ¿Hasta cuándo van a tratar de imponer ese beneficio? Si algo conspira contra la popularidad positiva del cubano es, precisamente, que fue y todavía arrastra vicios “demasiado olímpicos”, supongo que después de más de 10 peleas cada uno, la connotación amateur sea un lastre que tienen que echar por la borda; porque, en el caso de los antillanos no ayuda, sino perjudica; porque culpan al estilo poco atractivo que tienen dos de ellos en relación con el éxito aficionado y el fracaso profesional.

¿Quién ganaría un bout entre Lomachenko y Rigo? Yo no acabo de poner en orden mi artillería, tal vez mi subconsciente ni trate, porque, de todos los peleadores que andan por esos pesos, Lomachenko es un verdadero peligro, me recuesto a lo que digo cada vez que la duda (tal vez mañana vea las cosas en otra tonalidad ¿Quién sabe?) me impide calibrar la opinión: como decía John Louis Sullivan, “EL QUE GANE UN ROUNDD MÁS”.