Amnat Ruenroeng quiere el desquite ante Zou Shiming

Amnat RuenroengEl invicto tailandés Amnat Ruenroeng, vigente campeón mundial mosca (112 libras) avalado por la Federación Internacional de Boxeo (FIB), espera escalar al cuadrilátero otras dos veces en lo que resta de 2014.
Aún no se han apagado los ecos de su victoria de la semana pasada (7 de mayo), en el Coliseo Bodymaker de Osaka, Japón, ante el talentoso local Kazuto Ioka (14-1-0, 9 KOs), y ya Ruenroeng dejó bien claras sus aspiraciones para los meses que siguen en el actual calendario. “Estoy listo para pelear contra cualquiera”, aseguró al rotativo Bangkok Post el púgil asiático de 34 años.
En la primera defensa de su cinturón FIB, Ruenroeng (13-0-0, 5 KOs) se impuso en un reñido combate al doble campeón del orbe Ioka. Con su victoria por fallo dividido (113-114, 115-112 y un increíblemente fuera de lugar ¡119-108!) Ruenroeng arruinó los planes del japonés de convertirse en triple monarca universal en tres divisiones.
Kazuto Ioka venía cosechando títulos a una velocidad meteórica: en febrero de 2011, en su séptima pelea como rentado, noqueó en el quinto capítulo al entonces imbatido tailandés Oleydong Sithsamerchai para arrebatarle el cinturón paja (105 lb.) del Consejo Mundial de Boxeo (CMB); en junio de 2012, en su décimo combate, unificó su cetro de las 105 libras con el de la Asociación Mundial (AMB) en poder de su compatriota Akira Yaegashi, con triunfo por decisión unánime; y en su siguiente pelea, en diciembre del mismo año, pulverizó al mexicano José Alfredo Rodríguez en el sexto round para apropiarse de la vacante corona mosca ligero (108 lb.), la cual posteriormente expondría con éxito en tres ocasiones antes de renunciar a ella para subir en la báscula.
Contra Ruenroeng el japonés buscaba vengar la derrota sufrida en 2008, cuando ambos militaban en las filas del pugilismo amateur y el tailandés lo doblegó en las semifinales de la Copa del Rey, en Bangkok, para luego alzarse con la medalla de oro. Pero no hubo revancha ni otro fajín en una tercera categoría de peso ni la anticipada celebración que Ioka y sus parciales ya veían consumada en Osaka; y lo peor, cuando el referí estadounidense Mar Calo-Oy levantó el brazo de Ruenroeng, se desvanecieron también las ilusiones de los promotores japoneses, que ya tramaban la secuela del Yaegashi-Ioka en otra glamorosa pelea de unificación –en las 112 libras- en la tierra del sol naciente.
El triunfo del exconvicto tailandés, con o sin polémica, destrozó los proyectos de Ioka y le abrió a él las puertas a la que puede considerarse como una de las refriegas más lucrativas en la división, contra otro viejo conocido suyo de los ensogados aficionados, el chino Zou Shiming.
Ruenroeng dio sus primeros pasos en el Arte de Fistiana a una edad tardía, cuando cumplía una sentencia de 15 años de prisión por robo. En 2007, con 27 años, ganó el título minimosca en el campeonato nacional amateur de Tailandia; y a ese trofeo en el deporte de los puños siguió uno de mayor valor, su liberación del centro correccional por buena conducta.
Convertido en profesional desde 2012, Ruenroeng debe tomar justamente el ejemplo de Ioka como referente a seguir al pie de la letra, pero en su caso, obligado por la edad. Con 34 años y poco aval en los encordados del pugilismo de paga (más allá del triunfo ante Ioka, y en el compromiso previo, frente a su compatriota Rocky Fuentes), el tailandés aún no tiene el atractivo mediático –no digamos el talento- para desafiar a los principales exponentes de la división: Yaegashi (mandamás del CMB), el filipino-americano Brian Viloria, el nicaragüense Chocolatito González, el mexicano Gallito Estrada (supercampeón AMB y de la Organización Mundial) o el argentino Cotón Reveco (campeón regular AMB).
Pero la oportunidad le ha caído como anillo al dedo: el chino Zou Shiming, protegido del todopoderoso Bob Arum y su Top Rank Promotions, anda a la caza de un título mundial, y el de Ruenroeng es el más viable tanto desde el punto de vista contractual como del deportivo.
La situación se presenta inmejorable para ambas partes.
Ruenroeng estaría embolsándose el cheque con más cifras de su corta carrera en el pugilismo de paga, peleando en la Cotai Arena de la región china de Macao, cuartel general de Shiming. Además, el tailandés podría vengar la derrota sufrida en las semifinales de los decimosextos Juegos Asiáticos de Guangzhou, en 2010, donde cayó por puntos ante la estrella local y debió conformarse con la presea bronceada.
Para el doble campeón olímpico de China, el hombre que ha conseguido llevar el boxeo aficionado en el gigante asiático a planos estelares y pretende repetir la gesta en el profesionalismo, la oportunidad también es de oro. El medallista dorado de Beijing 2008 y Londres 2012, tampoco tiene tiempo para dormirse en los laureles e inflar su record de victorias contra púgiles inexperimentados o de pocos recursos.
Shiming (33 años) irá el venidero 19 de julio por su quinta victoria, segunda por la vía del cloroformo, en un trayecto que todavía está en ciernes. La idea de su apoderado es que el oriundo de Zunyi rebase con éxito su primera reyerta pactada a 10 rounds para luego, si todo marcha según los planes de Arum, ir por cualquiera de los premios gordos –en las división de las 112 libras- que otorgan las cuatro organizaciones boxísticas reconocidas universalmente.
El de la Federación Internacional, en manos de Ruenroeng, fue el elegido desde hace meses, y con tal motivo (en una apuesta que estuvo al borde de la debacle la semana pasada en Osaka) el tailandés viajó hasta Macao el pasado febrero por invitación de Top Rank, para ser testigo del primer nocaut de Zou Shiming, en siete asaltos, a expensas de otro representante de Tailandia, Yokthong Kokietgym.
Lo más difícil para que el duelo Shiming-Ruenroeng se materializara era que el tailandés rebasará la “prueba Ioka” que aceptó imprudentemente después de comprometerse verbalmente con Bob Arum y compañía a darle una oportunidad al chino de probar suerte. Pero la aventura de Osaka no pasó del susto y ahora todo pinta a favor de que ambos crucen guantes a finales de 2014, una vez que Shiming despache al oponente que cuidadosamente le coloquen en la esquina opuesta en julio, y Ruenroeng haga lo propio con un contrincante que, presumiblemente, la FIB le programará en la agenda con carácter obligatorio.
China perdió a su único campeón mundial de boxeo profesional el pasado 5 de febrero, cuando Xiong Zhaozhong no pudo ratificar su condición de rey de las 105 libras avalado por el CMB y claudicó en sus predios de Hainan ante el azteca Oswaldo “Gallito” Novoa.
Zou Shiming tiene ante sí la oportunidad de reafirmarse como el “hijo único” del boxeo profesional en China y darle alas al ambicioso proyecto experimental de Top Rank en su país, y particularmente en Las Vegas de Asia, Macao.
Para Ruenroeng será una victoria doble: aceptar nuevamente el ticket de “perdedor de lujo” que le reservará Bob Arum, en primera clase y en un hotel cinco estrellas (como ya hizo Ioka Promotions en Japón); y amargarle una vez más la velada a los organizadores de un show diseñado para que el tailandés no regrese a su residencia en Chonburi con la faja de campeón mundial.

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