Álvarez vs. Golovkin / Crónica post pelea
Saúl; Chávez es inalcanzable
Canelo Álvarez sigue en la nata….muy lejos de la clase alta del boxeo mexicano. Tan lejos que el sábado nos recordó la grandeza del “Púas” Olivares y al “Rey Midas” Chávez y no precisamente por la mediocridad boxística observada en la ciudad del pecado, sino porque unir el nombre de Saúl al de Julio César es una herejía que el Vaticano jamás pasaría por alto.
“Dios perdona pero el tiempo a ninguno”, esa frase acuñada por el Divo de Juárez quedó evidenciada con GGG. Pero lo inexcusable fue ver aletargado en un insípido boxeo al tapatío que tenía y debía destrozar al Kazajo. El azteca mucho más joven, con mayor madurez que cuatro años atrás (2018) fecha de la revancha, quedó en deuda. El aliento de sus palabras aún en el aire afirmando: “lo voy a noquear, lo voy a retirar“ es otra fábula en su currículum…bla, bla, bla.
Muy cierta la lentitud de GGG, a ratos pasmosa, pero el peleador de moda, el favorito de Dolce&Gabbana y venerado por Alejandro Fernández con una apoteósica entrada musical, estuvo a años luz de Barrera, Márquez, Morales y Salvador Sánchez.
Se suponía que embistiera por su juventud y por una bravura mexicana de la cual se jacta, pero separando el noveno asalto todo fue tan soñoliento como un Zaleplon.
Otra verborrea más del Canelo. Sin empuje, sin los riesgos que tomó “El Finito” frente a Rosendo, sin el salvajismo de Argüello contra Escalera, sin eso no hay comparación señores. Para insertar tu nombre entre las figuras grandiosas hay que pelear como ellos, arriesgarse como ellos, sin eso estás vetado de gloria.
Y el público lo sabe, ese abucheo ensordecedor en las gradas exigiendo un céntimo de lo pagado fue palpable. La presentación de Golovkin sin duda fue caricaturesca, pero la mayor decepción es “El Canelo.” Da la impresión de estar más preocupado por musitar una rola de Cristhian Nodal y balbucear frente Lucero que por golpear a su rival.
(Foto cortesía: Jorge Najera)