Ali vs. Frazier 3 / Una pelea que resultó muy sangrienta

Foto: Suministrada

Así quedaron los rostros de Muhammad Ali y Joe Frazier tras su tercer y último enfrentamiento en Manila Filipinas. El combate fue tan brutal que la primera dama de Filipinas (en ese entonces Imelda Marcos) dijo en una entrevista que no pudo terminar de ver la pelea ya que la sangre salpicaba por todos lados y el sonido de los golpes en la carne del rival era demasiado cruento para escuchar.

Esta pelea marcó muchas diferencias entre ambos hombres tanto en lo personal como en lo boxístico. Ali creía que Frazier estaba acabado tras este ser aparatosamente noqueado por George Foreman y vio el darle la oportunidad como un acto de compasión para que Frazier se ganara par de millones para su retiro.

Para Frazier esto representaba la oportunidad de desquitarse de una vez y por todas de las burlas de las que había sido objeto y probar que su victoria en la primera pelea no fue pura suerte. Mientras Muhammad se divertía con su nueva amiga Verónica Porsche y repartía besos y abrazos en el país. Frazier se retiró a entrenar a las montañas para estar totalmente concentrado en el combate. Se dice que pasaba horas mirando al horizonte sin decir palabra alguna imaginando como sería la pelea.

Mientras Ali recibía toda la atención mediática por sus payasearías, Frazier pasaba casi inadvertido como si no existiera a menos que su rival hiciera burlas en su contra. De hecho la llegada de Ali a Filipinas fue un acontecimiento, mientras la llegada de Joe fue discreta sin que casi nadie le prestará atención.

La pelea parecía que sería un día de campo para el campeón. Incluso en los clinch Ali le cantaba villancicos a Joe burlándose de él, pero según pasaban los rounds la cosa se complicaba y el más grande se dio cuenta que su rival no sería presa fácil como pensaba.

En el descanso para el round 15 Ali quería quitarse y su equina le animaba a no hacerlo, mientras Frazier, con su rostro destrozado, insistía en seguir mientras su esquina decidió parar aquella carnicería.

Si la esquina de Frazier hubiera escuchado a Willie Monroe (que había oído) a Ali queriendo quitarse), seguramente el ganador hubieran sido ellos y Muhammad hubiera perdido. Indudablemente la pelea más sangrienta y brutal en los pesos pesados ya que ambos hombres “entraron como eran y salieron como fueron”.

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