¿AHORA QUÉ? UGÁS Y SPENCE jr GANARON POR KO EN TEXAS
Por Andrés Pascual
Conceder peso y/o estatura en el boxeo es un riesgo enorme, sin embargo, parece que el reto, tan peligroso como interesante desde los tiempos pioneros, tampoco puede evitarse en el tiempo actual, porque, ganarle a un gladiador que supere a un oponente sobre la ventaja definitiva, además de la velocidad, será un exitazo siempre. Condimento extra, el día de la pelea el peso puede ser desproporcionado, tanto que boxeen en otra división, quizás dos más arriba.
El peleador cubano de hoy, acaso porque la promoción en contra, basada en “no atrae público”, lacera y contamina su expediente laboral, se ha visto obligado a aceptar peleas, sustituciones algunas; obligadas otras, en que las diferencias de peso han puesto en peligro su estabilidad.
Desde la época del London Price, conceder peso (a veces estatura y/o alcance también), someterse a dietas para alcanzarlo y mantenerlo ha sido un riesgo: en 1964, Ultiminio Ramos pagó el desatino de Cuco Conde; entonces el zurdo Vicente Zaldívar, que no le hubiera podido entablar nunca, le arrancó la faja pluma y lo dejó en la banqueta sin que el matancero pudiera responder a “un round más”.
Vasyl Lomachenko superaba a Rigondeaux en todo, incluso su palmarés aficionado era más brillante que el del zurdo oriental: mejor boxeador, más rápido, más pegador, más peso, mayor estatura y alcance, pero la maldita antipatía anticubana hizo su parte provocada, desleal, indecente y los apoderados del antillano aceptaron la que nunca debieron, sacrificando sus posibilidades para el peso inferior, en el que mejor puede trabajar Guillermo, el resultado se conoce; sin embargo ¿Hubiera logrado el ex campeón cubano oportunidades buenas si no…? La respuesta no es fácil, por lo que se han visto empujados a pleitos difíciles, cuyo objetivo ha sido destruirlos con anuencia del público “hermano” por complacencia.
Yordenis Ugás (22-3, 11 KO’s), le rogó desesperadamente al quisquellano Jonathan Batista (17-14, 10 KO’s) y a “las Mil Vírgenes”, que obviara cualquier problema con el peso, que hiciera acto de presencia, que no se esfumara llevándose consigo a la “tumba del olvido” la posibilidad dorada del estilista oriental, a fin de celebrar una pelea que no solo era “pesada” por los problemas con la báscula, sino porque Ugás perdió hace 11 años contra este boxeador en amateurs, detalle insignificante, de poco peso una vez entre profesionales, pero que cierta prensa utiliza para comprometer su sapiencia, encender pasiones y ofrecer falsas esperanzas, irremediable a fin de cuentas.
Los obstáculos preparados en las oficinas de la televisión, mal intencionados y desleales, del resto de la Media y de promotores que parece que representan a Satanás, fueron destruidos por el cubano, que pisoteó las suposiciones históricas, verdades demoledoras sobre el ring más de una vez, y noqueó en dos rounds a su victimario, situándose en situación de supuesto privilegio por su ascenso escalafonario al # 2 de la FIB división welter; sin embargo ¿Manejarán justamente los Padrecitos del imperio mediático-promocional esta victoria? ¿Le ofrecerán al cubano la oportunidad que merece? Vamos a confiar, a pensar positivamente los que deseamos la faja ajustada a la cintura del paisano, sobre decisiones hechas por verdaderos manipuladores del sentir popular hacia la esquina que les convenga.
Al cierre de la cartelera en Frisco, el jamaicano Errol Spence jr, un gran boxeador que pega duro, derrotó al azteca Ocampo (22-1, 13 KO’s) por nocao en el primero. El mexicano, un casi paquete, cayó fulminado luego de dos ganchos al hígado, resultantes en efecto retardado.
Spence jr (24-0, 21 KO’s) es del tipo de boxeador que, aun peleando en los welters, por lo general enfrenta contrarios de más estatura, más alcance y más peso.
Su pelea más dura fue contra Kelly Brock en Inglaterra, que lo superaba en los renglones que cité y al que logró ganarle por abandono, luego de que el perdedor acusó de una lesión en el ojo izquierdo.
Se cree que pudiera producirse un pleito entre Ugás y el campeón invicto Spence jr, sin embargo, habrá que esperar, porque, el elemento que regula y manda el boxeo de hoy ni respeta reglas ni establece espacios legales a la jurispridencia boxística, que hagan cumplir lo decente sobre la cochinada; sobre todo, cuando de un cubano del tiempo actual se trata.