NOTICIAS BUENAS, TITULARES RIDÍCULOS
Por Andrés Pascual
Lo mejor que he leído últimamente ha sido el regreso de Guillermo Rigondeaux al entrenamiento bajo el control de Jorge Rubio, las justificaciones que han puesto a boxeadores de primera, pero que llegaron tarde al profesionalismo, en las manos de entrenadores sin filosofía profesional, ha sido un error; por lo general, han basado “la estrategia” en que “lo conoce desde Cuba, casi lo amamantó o le cambiaba el culero”. No sé cómo promotores, nacidos o criados aquí, han caido con traspiés tan intencionales que se veían a mil millas.
Observe cómo va el trainer cubano competitivo: Salas compite entre los 3 mejores del mundo, pero a Roberto Quesada acaban de contratarlo para la esquina de un nicaraguense, detalle que una prensa como la nica, que conoce de boxeo, consideró como “refuerzo con artillería mayor del nativo”.
Para justificar el empleo de Pedro Luis Díaz se han eschucado barbaridas, tanto de Miguel Coto, que lo botó inmisericordiosamente, que de la prensa militante de Miami, alineada políticamente con estos que llegan y de lo menos que saben es de cómo se prepara o se sigue en la esquina a un púgil, cuyo destino es una pelea de campeonato y ganarla. Con Díaz se produjo la lesion de Solís, por cebarlo como a un lechón y después justificar con 4 basuras amparadas en datos físico-químicos, que dudo mucho que conozca ni que sean aplicables a lo que “razonó”, para poner al completo en más de 250 libras.
“Rigondeaux tiene que fajarse” es un dicho que han convertido en moda los detractores del campeón cubano, que creen que si entrara a infight perrmanente no sobreviviría al reto mexicano, pero Rubio sabe que no hay confusión en esto, el zurdo bajo su pupila debe entrar al clinch y noquear con combinaciones que incluyan uppercuts a cuanto oponente encuentre, entrar a la velocidad que tiene y salir igual de rápido, así ha sido siempre el boxeo, aunque lo que desean ciertos señorones dirigentes y buena parte de un público que no conoce el ABC de este deporte, puede suponerse como que al antillano lo suban con las manos atadas.
Rubio con Rigondeaux debe constituirse en una combinación más agresiva, igual de buena. El abuso con este boxeador ha sido enorme y todo el mundo sabe dónde está enterrada la brujería, pero la prensa “cubana” solo hace hincapié en un culpable por su inactividad, dejando la sospechosa sin tocar, que yace dentro de un mar de mierda a 90 millas al sur de Key West.
No solo buscan que Rigondeax y los demás dejen de laborar, que afecta su modo de vida y es útil para enviar mensajes a otros en Cuba que intenten desertar, aunque a dos no les ha interesado y se fugaron, sino que se oxiden, que pierdan la forma deportiva para despojarlos con una derrota trabajada con el referí y los jueces, o para despojarlos por inacción dentro del tiempo reglamentario de exposición de sus fajas.
“NONITO TRAS LA GLORIA…” ¡Qué titular! ¿Habrase visto ridiculez igual? La única gloria posible que pudiera obtener este payaso es exigir la revancha con Rigondeaux y ganarla, de la manera como el cubano le arrancó la moral, la tan pisoteada gloria que le niegan algunos y la faja: a leña limpia, poniéndole la cara irreconocible, otra clase de gloria no le veo en el camino, ni forma de hacerla.