DE CÓMO SE AYUDA A LA TIRANÍA “A FORJAR AL HOMBRE NUEVO”
Por Andrés Pascual
La mafia castrista enviará al pelotero Frederich Cepeda a la Liga Japonesa, a los Gigantes de Yomiuri, el artillero tiene 34 años; es decir, en pleno descenso de la etapa de rendimiento de un jugador por la edad (25-35 la ideal), si no dije que el villareño “firmó”, es porque los peloteros que intercambian para “probarse en otros países”, como alegan, no pueden firmar nada, no son responsables del contrato bajo ninguna opción, sino que responden a la orden de ir al club y al país que les “orienten”, son tareas de partido, parte del novísimo y fraudulento reformismo raulista, vicioso y viciado, no decisiones personales ventajosas y soberanas.
Por eso los peloteros no amplían sobre el salario, aunque, para tapar la letra, pusieron sobre la mesa 1.5 millones, que ni le incumbe al jugador ni lo conoce realmente: de dinero, lo que la dictadura les deje caer, como usted a un pollo en el patio migajas de pan, a sabiendas de que, tal vez esta noche, estará sobre la mesa degustándose.
Ni de juego autorizan a figuras jóvenes y prometedoras, estos tendrán que seguir “emigrando a probarse en otro país” cuando lo decida el PCC o cuando, por cuenta propia, logren adivinar una lancha y un capitán que trabaje para una organización criminal, dispuesto a matarlo si el dueño del negocio y de lo que antes se llamó Cuba lo decide.
La chispa es necesaria en cualquier actividad humana, divide al ágil del lento intelectualmente, en el caso cubano, para que los “escribidores” alaben la barbarie castrista no hace falta; pero es obligatoria para desmitificar el fraude y descubrir a los impostores políticamente, que, en cuanto al castrismo, es todo, específicamente en lo deportivo; sin embargo, la defensa de lo cubano encuentra trabas, porque “no relaciono lo político con el deporte” o porque no hay chispa para identificar y establecer relaciones útiles, didácticamente, para las nuevas generaciones que no tienen identidad cultural, por lo tanto, tampoco nacional.
Criticar es fácil, ayudar a rehacer, a sembrar, no solo es difícil, sino tarea ciclópea con este tipo de gente, pero, aunque sea para molestar, hay que desempolvar el pasado republicano, único glorioso y grandioso de la República asesinada en 1959.
Porque la Historia de Cuba sufrió el ataque cuyos resultados se conocen, quien mantenga a la población que emigra desde hace 20 años en la oscuridad medieval a que los somete el castro-comunismo sin hacer esfuerzos por educarlos, que sería tratar de recuperarlos para la esencia nacional, o supera los cálculos de militancia y adoración por la dictadura, o le pagan para que lo haga desde libelos infecciosos o emisoras de radio y televisión virulentas y detestables.
No conocer sobre el pasado de la actividad sobre la que se escribe no es justificación para abandonar el tratamiento de enseñanza político-deportiva hacia el lector, el periodista está obligado a enriquecerse culturalmente, a conocer para apoyar sus puntos de vista.
Si el castrismo lo bloqueó de conocer la historia de Cuba, de forma irregular claro, porque se supone que todos allá sepan que 1959 no fue el año del descubrimiento, pues es su obligación indagar por cuenta propia qué sucedió, quiénes fueron, cómo, dónde… algo que, una vez aquí, se facilita por la libertad y el acceso a la bibliografía necesaria; caso contrario, hay que acusarlos de partícipes, por conveniencia ideológica, del crimen monstruoso de la desinformación, con miras a mantener descubanizado al recién llegado por falta de identidad y, a ellos mismos, clasificados como no cubanos de forma complaciente y voluntaria.
Pero no solo los “cronistas importados” de los libelos enemigos de la libertad del pelotero, del boxeador y del pueblo cubano; los “mayorcitos”, supuestos conocedores de la actividad profesional previa a 1959, porque no hay chispa, por apatía, por “yo no sigo a estos boxeadores” o porque, hipócritamente, no quieren perder su publico de hombres nuevos en los programas de televisión y radio que tienen, o, tal vez por evitar que un grupo de gente mayores los acuse de profidelistas al mencionar logros de atletas nuevos procedentes de la Isla, desde los comunitarios para los que escriben, tampoco hacen nada por rescatar valores obligados, que superen el vicio del hombre nuevo, hasta que sea capaz de responder a lo cubano como Dios manda: entre el miedo, el oportunismo y la militancia comunista anda la labor patriótica que debe cumplirse y muy pocos hacen o se disponen a ejecutar, sabiéndose que no hay otra Cuba, que la libertad que exigen, por la que dicen luchar, es para esta gente, porque no hay otros..
Hace un par de días, el crucero Yunier Dorticós (foto), superó el récord cubano de nocaos consecutivos de Florentino Ferrnández al anestesiar al oponente 17; por supuesto, lo había empatado la pelea anterior ¿Por qué nadie, ni nuevo, ni viejo, ni militante, simpatizante o supuesto contra todo lo anterior, tuvo en cuenta esta siuttuación para rescatar el nombre del ídolo oriental de la marca 3 TONELES? ¿No hubo chispa o acaso se consideró intrascendente, banal, semejante noche para el boxeador de nueva edición?
En primer lugar, hay que realzar los valores de estos deportistas para que el público entienda que no es contra ellos que se establecen patrones críticos; en segundo, porque es obligado darles lo histórico, lo pasado, a través del presente y no hay otra dimensión en cuanto al asunto…
Por lo demás, son cubanos que, guste o no, solo hay un puñado de ellos boxeando y tienen 5 campeones. Busque datos a ver si puede encontrar un promedio mejor en cualquier país, de monarcas y ranqueados, por participantes.
Lo anterior es una hombrada, comparable quizás a la NOCHE CUBANA DE BOXEO EN LOS ANGELES EN 1963, si no está de acuerdo con esto, bueno… tampoco es capaz de leer las entrelíneas, por lo que, supongo, está frito para encomiendas críticas de alto voltaje.