SI LA CONSIGUEN IRÍAN POR LA BOLSA, NO POR LA GLORIA

Por supuesto, cualquier declaración de una promotora buscando público de respaldo hacia una pelea “cara” en que participe su boxeador es aceptable, a fin de cuentas,  entusiasmar al respetable para crear el impacto necesario y que se de el pleito no es pecado; sin embargo, para casos como el de un enfrentamiento entre el cubano Richard Abril y el norteamericano Adrien Broner, la posibilidad real de apoyo al antillano pudiera ser solo el % de paisanos de sus paisanos.

Ni jugando debería contarse con el elemento, tan utilizado en la política, conocido como “indecisos”; sencillamente, nadie ajeno a la nacionalidad de reciente edición de Abril daría un miserable centavo ni por unas tablas decorosas, es exactamente igual que elegir entre un plato de moringa y un New York Steak… El paisano de Gamboa no tiene un ripio de habilidades para empatar contra el americano.

Brandon Ríos no es nadie con clase para competir por el tan manoseado “libra por libra”, pero, cuando le regalaron la pelea contra Abril (foto) por una demostración indigna de alguien a quien consideraban un prospectazo, la gente dijo lo que sentía basado en lo que vio: nada del otro mundo. Aunque, posiblemente, en esa pelea Ríos se afectó por el tan manoseado “día malo”.

Sin embargo, porque el público de hoy es como es, capaz de deslumbrarse con cualquier impresión de última hora dejando engavetada la razón y la pre-historia del hecho, pues una victoria por nocao del californiano contra Mike Alvarado hizo olvidar a todo el mundo su real clase, renovando los briosos y exagerados comentarios sobre el boxeador.

Con Richard Abril no estamos ante un peleador como Rigondeaux, como Gamboa, como Yordenis, Santana o Socarrás, porque no es de ese nivel, no es el caso en que cabe “si hace ajustes…”, lamentablemente, este boxeador, que tiene como atributo principal su valor personal y la decisión de complacer al público hasta donde le sea humanamente posible, escasea de las herramientas obligadas para brillar en el pugilismo.

Para que se entienda cómo le desconocen los matchmakers de mucho dinero y televisión de gran alcance, después del robo de que fue objeto contra Ríos (14 de abril de este año) en aquella pelea en la que el californiano lució tan mal que el cubano casi pareció una estrella, Abril no ha vuelto a pelear, mientras, el tipo beneficiado por los jueces noqueo en 7 rounds, el 13 de octubre pasado, a Mike Alvarado, desatándose otra irracional campaña en su apoyo como “uno de los grandes”.

Contra Broner ¿Qué puede hacer Richard Abril? Tal vez ofrecer resistencia para categorizar como buena la pelea; sin embargo, el americano es mucho mejor que Ríos y yo diría que lo mejor de esa división, por lo que, para ser más realista, se debe partir del concepto de que “no hay forma humana posible de que pierda contra el cubano”.

La euforia en Miami la ha desencadenado la victoria de Adrien Broner contra Antonio de Marco por nocao y esto es una muestra visible de hasta dónde llegan el desconocimiento y el nacionalismo fanático, si se toma en consideración que consideran que el ganador de ese pleito se impuso a un “don nadie”.

Bueno, soñar tampoco es malo, el problema es que lo hacen en alta voz, con los ojos abiertos y en franco carácter de sonámbulos… solo así es posible considerar que Richard Abril pudiera ganarle a uno de los tres mejores boxeadores de hoy.