Jesse Vargas añadido en la antesala Bradley vs. Márquez

Nada en la vida se te ofrece en charola de plata, ni por golpes de suerte, bueno, de esos si contaríamos uno entre un millón, como es el caso de los que se sacan la lotería, pero vamos hablar de cosas más trasparentes, porque si se persigue un ideal sólido, hay que luchar a capa y espada, sin espantarse de los rayos centellas, ni de los vientos huracanados en la trayectoria de perseverancia de cada cual.

Y si se trata de abrirse cancha a punta de guantadas, la odisea es todavía más complicada de seguir adelante sin arrojar la toalla. Por eso es de admirarse la tenacidad a prueba de fuego del campeón welter de las Américas CMB Jesse Vargas, quien prácticamente ha vivido cautivo en el ambiente del boxeo desde que tiene uso de conciencia.

Jesse está listo para recoger la cosecha de tantos sacrificios, limitaciones y abstinencias a diferencia de otros en la flor de la juventud que viven sin la preocupación de seguir en la línea que varía de ordinario a extraordinario, por eso le echa todas las ganas del mundo a su preparación, sin hacer trampa en tal proceso, porque sabe que puede fingir ante un mundo frívolo, pero el espejo detesta las farsas, y sabe que para seguir con los pies bien firmes en la suelo y no se le suba el ego, tiene que ser sincero, primero consigo mismo, después con los demás.

Y si, a vuelta de esquina esta el sueño que tantas veces le recuerda a qué distancia esta de irse de paseo al cuerno de la luna, la pelea de su vida, en ruta a coronarse monarca del mundo sin discusión.

Pero para nada se quiere adelantar a lo sublime, porque toma muy en serio todo compromiso en el ring y tiene un obstáculo por vencer el 12 de octubre en la antesala de Bradley-Marquez, mientras tanto, si, Jesse sigue soñando despierto y no quiere que lo pellizquen, porque quiere hacer tal ilusión de ser un gran campeón una delicia sin límite.

Y si hay mucha critica sobre su estilo de estrategia, de que sale con el brazo en alto a punta de imponerse al toma y daca a la sin susto, que no tiene una pegada fulminante que lo obliga a poner su destino de invicto en las manos de tres jueces que valoran su talento.

Pero Jesse no se achicopala en lo más mínimo por comentarios negativos, el sigue su guía rutinaria de trabajo abajo del ring, corriendo, afinando el talento para cerciorarse de que si se va a poder, bajo el ojo clínico de su experimentado entrenador, Roberto Alcázar, y por supuesto, su entrega de corazón en sesión de guantadas con sus semejantes que se puede decir que son golpes amistosos pero duelen lo mismo, ya que en el gimnasio es en realidad donde se gana un 70 por ciento de los combates en vísperas del espectáculo público.

En fin, Jesse se declara puesto y dispuesto a dar guerra sin tregua a cualquiera en la categoría welter, incluyendo a Pacquiao, Márquez, Bradley y hasta contra su ex promotor, Floyd Mayweather Junior.