El fantasma en que se convirtió Marco Antonio Rubio
En tres tiempos diferentes, la pegada del “Veneno” despertó las esperanzas de la fanaticada de Coahuila, Durango y de otras partes de México, pero tres veces ha decepcionado al público y se ha hundido de nuevo en olvido. Muchas plumas han vaticinado el retiro del lagunero, pero lo cierto es que de tanto en tanto, Marco Antonio vuelve con una sorpresiva actuación que lo vuelve a meter en la mesa de discusión boxística.
El primer veneno, con la espada que mates…
El primer Marco Rubio enloqueció con sus puños al norte del país entre 2002 y 2004, cuando hiló 16 KO a peleadores de todos los niveles. La patada de mula que contenían los nudillos del oriundo de Gómez Palacio se ganó el respeto y la admiración con justicia, y se ganó con fiereza el título México y el internacional CMB superwelter.
Pero apenas en su segunda salida a Estados Unidos, al “Veneno” le quitaron sus sueños, la eliminatoria OMB superwelter y le apagaron la luz los puños de Kofi Jantuah, apenas en el primer episodio de la pelea celebrada en el MGM Grand de Las Vegas, el 18 de septiembre de 2004. Mucho tuvo que batallar Rubio para volver a tener una oportunidad mundial.
Pero el segundo día llegó y después de despachar antes del límite a José Luis Zertuche y Enrique Ornelas, Marco Antonio enfrentó a la estrella del momento en el peso mediano: Kelly Pavlik. El lento y predecible campeón estadounidense lo acorraló en las cuerdas y aquella noche, del 21 de febrero de 2009, el “Veneno” pareció un indefenso sparring que subió exclusivamente a recibir golpes y su pago. Nueva decepción.
Aun con ambos fracasos a los hombros, en México, Rubio seguía demostrando que no existía rival que pudiera someterlo, y para muchos el problema de salir al extranjero era lo que amilanaba al duranguense.
El segundo veneno, el menospreciado
Después de la pelea con Pavlik, el sentimiento de la afición lagunera fue de que Rubio había perdido su interés por el boxeo, su hambre de triunfo y sus facultades físicas para imponerse a rivales más técnicos o más rápidos, como en antaño; ese sentimiento fue adoptado por los promotores quienes intentaron explotar el nombre del “Veneno” para hacerlo escalón de otros púgiles.
Así, en enero de 2010, Marco Antonio emparejó fuerzas con Rigoberto “Español” Álvarez, quien buscaba subirse una vez más a una oportunidad por campeonato del mundo. La fuerza y la increíble vitalidad de tapatío se impusieron en el inicio de la pelea, pero le falto inteligencia y velocidad para rematar a Rubio. Cuando el “Español” sintió la pegada de su oponente era demasiado tarde, Gelasio Pérez detuvo la pelea y dio por ganador al “Veneno”.
No obstante, el triunfo fue cuestionado por un supuesto empujón que no definió la pelea, sino un derechazo contundente que sacó de este mundo al hermano del famoso “Canelo”. Aún con la derrota, a Álvarez se le dio la oportunidad de ir por un campeonato del mundo mucho antes de la tercera alternativa de Rubio.
Lo pusieron, eso sí, contra un joven noqueador canadiense, famoso por su incesante tren de pelea y su inmisericorde accionar contra 24 de los 25 oponentes que había enfrentado en el terreno profesional. Se trataba de David Lemieux, quien hizo valer las expectativas de la pega y arremetió con todo contra el mexicano.
Rubio salió de nuevo como contra Pavlik, a rascarse en las cuerdas y a proteger su mandíbula; sin embargo, a diferencia de la pelea anterior, poco a poco de su cerrada defensa fueron saliendo volados mortales que Lemieux resistió, pero cuando la estamina bajó en el quinto episodio, comenzó la danza del “Veneno”, quien lo mando a la lona y, finalmente, obligó a la esquina del canadiense a parar la pelea en el séptimo asalto.
Como no generaba esperanzas frente a Lemieux, la pelea del 8 de abril de 2011 no fue transmitida y fue poco comentada en la prensa nacional. Pero el triunfo corrió de boca en boca y reactivó la fama del duranguense a límites insospechados por él mismo a esa altura de su carrera.
El siguiente fue el más complicado, en medio de una disputa entre Julio César Chávez Jr y Sergio Gabriel Martínez, el promotor de Rubio logró amarrar la segunda defensa del sinaloense.
Mucho ruido y pocas nueces, la pelea del 4 de febrero de 2012 fue cerrada y tosca, pero fue evidente que la gran pegada de Marco Antonio no logró mecer en ningún momento a Julio César, mientras que el boxeo desordenado del entonces campeón CMB mediano lo acorraló una vez más contra las cuerdas.
Era la primera vez que un mexicano le ganaba a Rubio en peleas de campeonato; era, según muchos, el final del “Veneno”. Lo cierto es que después de la derrota ante Chávez Jr., han intentado de nuevo que Marco Antonio sea un escalón, pero ya bajó de las nubes a Jorge “Demonio” Cota y Michel Rosales.
El tercer veneno, ¿el definitivo?
Este 23 de marzo, Marco Antonio Rubio iniciará una nueva campaña por campeonato mundial cuando enfrente a Marcus Upshaw por el cinto USA CMB mediano, no debe tener problemas para colocar en la lona al estadounidense, pero hacerlo de manera espectacular con su boxeo lento y su derecha poderosa será definitivo para luchar por un cetro mundial nuevamente.