Era de decepciones para los júniors del boxeo mexicano

La mayoría de ellos utilizados como gancho mediático, con el recuerdo vivo de los campeones mundiales que fueron sus padres (y tíos), apellidos como Chávez, Páez, López, Morales, Zárate, Sánchez han caído en una racha negativa que los ha privado incluso de ser parte de las carteleras importantes de las promotoras nacionales; lo cierto es que la calidad se hereda y se trabaja, pero nunca vuelve a repetirse.

Los cachorros de los amos

Los días posteriores al anuncio de la suspensión por nueve meses para Julio César Chávez Jr. se habló mucho sobre la justicia o no del tiempo y del dinero exigido al ex campeón mundial, pero también se mencionó que en junio volvería a estar en los encordados. La misión del hijo de la leyenda no es recuperarse, su misión es volver a verse las caras con Sergio Gabriel “Maravilla” Martínez y saldar cuentas pendientes con el argentino, de lo contrario, quedará aislado entre el escándalo y la vergüenza.

Sin embargo el mismo Fernando Beltrán y Sampson Lewkowicz han negado en reiteradas ocasiones que la revancha entre ambos púgiles pueda darse en el corto plazo, por cuestiones de fechas y por cuestiones de arreglos económicos. Sin embargo, a pesar de darse una tregua mientras la Comisión Atlética de Nevada emitía su veredicto acerca del consumo de mariguana de Julio César, Chávez y Martínez siguieron aludiendo a una segunda pega entre ambos como un hecho al que sólo le falta firmas.

La ventaja, en este momento, la tendría Sergio Gabriel, puesto que después de salir victorioso del primer combate se ha recuperado de las múltiples lesiones que le dejo el mismo y ya se encuentra en camino de su primera defensa, programada para el 27 de abril contra el inglés Martin Murray; mientras tanto, Chávez Jr. sigue perdiendo el tiempo con disculpas.

Si en verdad Julio César vuelve en junio, sería interesante que el rumor propagado a inicios de este año se cumpla: un enfrentamiento entre el Júnior y el peleador de origen irlandés Matthew Macklin. Una contienda de sumo peligro y seriedad que sería perfecta para calentar (o suspender definitivamente) la revancha con el “Maravilla”.

Al igual que Chávez Jr. perdió su invicto el año pasado, el hijo del gran pegador Carlos Zárate sufrió lo propio al dislocarse el hombro derecho en agosto pasado. Después de una importante racha de victorias, la mayoría de las cuales contra oponentes de bajo nivel, Carlos Jesús se preparaba para entrar de lleno en los títulos regionales y en breve a la clasificación mundial cuando recibió la lesión y perdió el invicto.

A Zárate Jr. lo utilizaron en demasía para adornar funciones, puesto que además del llamativo nombre su físico y su estilo de pelea dan a entender un gran potencial; potencial que a pesar de recibirlos consejos de su padre no ha sido trabajado de la mejor manera.  Recordemos que la gran mayoría de los campeones mundiales fueron buenos para hacer su trabajo dentro del ring, pero resultan muy malos para enseñarlo debajo de las cuerdas.

El caso más doloroso de una caída en picada parece estar sucediendo en las zapatillas de Alonso López, alias “Finito” como el insuperable campeón mundial paja de México. Después de una derrota cerrada ante Luis Alberto Vázquez, ha sumado dos polémicos empates ante peleadores debutantes. Parece ser que el buen juicio y mejor razonamiento de Ricardo López no ha acompañado la carrera de su hijo.

Lo grave del asunto es que Alonso se está haciendo veterano en el boxeo pagado y nunca  ha salido de las peleas de cuatro episodios; puedo creer que sólo estaban utilizando su nombre para engordar veladas boxísticas, pero no puedo entender que a sus 27 años siga por el mismo rumbo. Si no hay un golpe de timón seguramente será otro júnior que fracasa en los terrenos de su padre.

Después de estar enterrado bajo actuaciones mediocres y preparaciones incluso peores, Jorge Páez Jr. reactivo su carrera al aprovechar sus dos peleas ante Omar Chávez, el segundo hijo de la leyenda; con tremendas demostraciones de pundonor y de riñones, el “Maromerito” incluso se ganó el lugar comercial de su rival y ha crecido en confianza y en estado físico, por lo que no descartemos que de ser un peleador de adorno salte al boxeo de escala mundial.

Páez Jr. no tiene la calidad de golpeo de su padre y mucho menos la desfachatez con las que éste se ganó a la audiencia. Sin embargo ha comenzado a ganar fanáticos entre los detractores de la familia Chávez y las facilidades que los hijos de Julio César han recibido en el pugilismo. El destino de Jorge está en sus manos, si se entrena a tope y baja a un nivel ideal de peso, si continua con esa hambre de triunfo, no habrá quién lo detenga.

Los sobrinos, dos caras de la moneda

Muchos recuerdo gratos causa escuchar el nombre de Sal Sánchez dentro y fuera de México, por las excelentes demostraciones y por el púgil, como venido de otro mundo, que reino a placer en el peso pluma hasta que un Porsche se lo llevó de este mundo en el clímax de su carrera. Así fue como su sobrino ganó las simpatías del mundo del boxeo cuando entró en él: una nostalgia de las hazañas pasadas lo acompañó hasta que su falta de calidad se hizo evidente.

El pasado 1 de diciembre Sal Sánchez II recibió un duro KO ante el boricua Jayzon Vélez, lo que parece lapidar su carrera. No se menosprecia el boxeo del sobrino del gran Salvador, pero si se entiende que el nombre de su tío influyó para que recibiera oportunidades que a otros boxeadores con mayor calidad, pero menospreciados por promotores y manejadores por no tener un nombre que los respalde.

Al contrario de Sánchez II, Iván “Niño Maravilla” Morales ha recibido el apoyo en vida de su tío y de la famosa familia en Tijuana; pero aunque su racha invicta y su carril de 13 KO en su naciente carrera podrían prometer un gran boxeador, la fórmula de sobre protección se ha repetido en esta carrera y más que favorecerlo pueden afectarlo.

Sin embargo, el próximo 20 de abril en el Home Depot Center, Iván tendrá su oportunidad de mostrarse frente al público de Estados Unidos cuando enfrente al también mexicano Cesar Javier Gándara. Aunque el “Niño Maravilla” sea el actual campeón internacional CMB supermosca, aun le falta mucho por demostrar para llegar al campeonato del mundo o a las alturas insospechadas a las que llegó Erik “Terrible” Morales.

Mientras que para Sánchez el boxeo comienza a apagarse, para Morales se abre; ojalá lo aproveche.