RETIRO YA POR FAVOR PARA ALFREDO ÁNGULO Y PETER QUILLIN
Por Andrés Pascual
Un peleador liquidado puede confundir si el fanático se entusiasma descontroladamente por una actuación, aun sin lucir bien, sin lucir con hálito vital para una división, de pronto derrota a otro que tampoco tiene nada que ofrecer de interés para seguir y comienzan las especulaciones.
Anoche Alfredo Angulo le ganó una pelea bastante apretada a Peter Quillin en California, división mediano jr. en que el americano empezó a respirar por la boca desde el 4to round; hasta ahí el moreno trató de lucir boxeador, moviéndose más aparatosamente que efectivo hacia un solo lado, regateando golpes de relativo poder y olvidándose de su ventaja en estatura. En entredicho la capacidad boxística de Qullin, peor porque brilló por su ausencia la preparación obligatoria para un bout supuestamente de “vida o muerte” de acuerdo a su futuro; fue deplorable ver a este peleador incapaz de poder boxear con aire la segunda mitad de cada round desde el 5to.
El pronóstico previo se hizo sobre la base de que el Perro Angulo se jugaba la última carta de una carrera relativamente brillante, sin tener en cuenta que Quillin también debía luchar contra el matadero de la pelea que podía decidirlo todo.
La decisión en la victoria del Perro Angulo sobre Peter Quillin fue justa, tal vez 3 puntos de diferencia sería lo exacto; Angulo ganó porque golpeó mejor y casi noquea al americano en tres rounds diferentes, pero le faltó el extra necesario y lo dejó de pìe, señal de que tampoco está en la forma que requiere alguien dispuesto a seguir, porque una cosa es Quillin y otra los que encabezan el peso. A mi juicio Angulo ganó después de que ajustó el ataque a su estilo (a partir del 5to round), es decir, hacia adelante, que se lo facilitó la cesión de la resistencia y el aguante por Quillin para poder mantener desde fuera a Alfredo.
Aunque el pleito de anoche dio una idea de hasta donde puede seguir Quillin en el negocio, para mi a ningún lado, tampoco Angulo está en forma como para aspirar a cosas más grandes y a otros contrarios mejores que Quillin; a pesar de todo, la pelea fue buena, fue disputada, del tipo de las que dos boxeadores están igual de bien o de mal físicamente, pero se golpean, intercambian e impresionan al fanático para bien.
Anoche se decidió todo para Alfredo Angulo y para Peter Quillin: ¡los dos deben irse ya!