Noche de contrastes
La espectacular velada que prepararon Promociones del Pueblo, Goossen Tutor Promotions y Hg Boxing, con el apoyo de Grupo Modelo, resultó empañanda por la derrota del mexicano Juan Carlos Salgado, quien dejó el título mundial superpluma de la Federación Internacional de Boxeo (IBF) ante el dominicano Argenis “Tormenta” Méndez, retador obligatorio a la corona la noche de este sábado en The Hangar de Costa Mesa, California.
El capitalino Juan Carlos Salgado, sucumbió apenas en cuatro asaltos ante la velocidad y poderío del antillano, quien se agenció el título de los 58.900 Kg. en su segundo intento, pues ya había caído una vez ante el mexicano en 2011 estando en disputa la misma diadema, que entonces se encontraba vacante.
Salgado suma así su segundo descalabro como profesional, y en los próximos días ya con la cabeza fría, decidirá si busca recuperar el trono, si buscará el de otro organismo o bien sube a la siguiente división, pues cuenta con las cualidades para conseguirlo.
MOLINA LUCE IMPLACABLE
El olímpico Óscar Molina, se apuntó su segunda victoria en el terreno rentado, al derrotar al fornido moreno Willie Walton de Utah en tan solo dos asaltos de los cuatro en los que estaba planeado el encuentro. Con ello Molina se consolida como uno de los más interesantes prospectos en el escenario no solo nacional, sino incluso más allá de las fronteras.
“MICKEY” RUMBO AL TÍTULO
El noqueador juarense Miguel “Mickey” Román se apuntó un contundente triunfo por la vía de los puntos sobre el capitalino Miguel “Flaco” Murguía tras ocho fragorosos capítulos en los que el fronterizo lanzó lo mejor de su repertorio y su contrincante mostró una resistencia de hierro ante los embates del “Mickey”, quien se acerca a la disputa del título universal en las 130 libras.
JAVIER MOLINA TIENE GRAN ACTUACIÓN
El gemelo de Óscar, Javier “Intocable” Molina dio una demostración por demás contundente de sus alcances al avasallar al norteamericano Joseph Elegele en pleito acordado a ocho giros en la división de los 66.600 Kg. donde el también olímpico comienza a sonar como un peligroso contendiente.