Hace 45 años en Maracay, Venezuela / El “Ñato” Marcel ganó el título mundial pluma
Panamá ya había logrado tres títulos mundiales y pretendía llevarse el cuarto de Venezuela. Esta hazaña ya la había logrado el boxeo venezolano en el año 71 con Vicente Paúl Rondón, Alfredo Marcano, Antonio Gómez y Betulio González. Pero, fatalmente, ya habíamos perdido tres y sólo quedaba el propio Antonio al que la afición consideraba el más sólido por la forma como conquistó el título noqueando en Tokio al japonés Shozo Saijo en el 5to asalto; y aunque había mostrado falencias, perdiendo por decisión en Monterrey con el mexicano Raul Martínez Mora y aun defendiendo esa corona contra el mismo retador por Ko en 8 asaltos, Gómez contaba con el favor total de la afición venezolana. Nadie podía creer que perdiera con Marcel.
Con este ambiente llegó a Venezuela la delegación panameña, la cual mostraba una confianza impresionante. Habían conquistado tres coronas mundiales en forma brillante en lo que iba del año. El primero fue el Welter Jr, Alfonzo “Peppermint” Frazer quien derrotó por decisión unánime al argentino Nicolino Locche. Cuentan biógrafos de Nicolino que este estaba descuidado del gimnasio y que se fue a Panamá casi sin entrenar. Por lo demás, se sabe que Locche era un fumador empedernido y ya sabemos lo que esto significa para un atleta. Pero eso no le resta méritos a “Pepermint” quien ganó un excelente combate. El segundo fue el Gallo, Enrique “Maravilla” Pinder quien burló la artillería pesada de un Gallo histórico como Rafael Herrera quien reinó por primera vez, en la división, noqueando nada menos que al “Púas” Rubén Olivares y en segundo lugar, también por Ko, al futuro gran Campeón Rodolfo Martínez. Pinder superó a Herrera por decisión y se coronó monarca AMB-CMB.
El tercero fue el más mediático, el de “Mano e Piedra” Durán. El “Cholo” se fue a Nueva York, sitio donde su paisano Ismael Laguna falló ante el escocés Ken Buchanan en su intento por arrebatarle el título Ligero, para desarrollar una estrategia violenta y enredada que le llevó a transgredir normas del boxeo. Durán arrolló a Buchanan con su ofensiva potente, pero también, con empujones, cabezazos, rodillazos y golpes ilegales, hasta que en el round 13, Buchanan se quedó en la esquina protestando por golpes bajos. Para el momento en que Marcel retaba al venezolano Antonio Gómez, ya Venezuela había perdido dos títulos mundiales: Vicente Paúl Rondón fue noqueado el 9 de abril del 72 en Miami por Bob Foster y perdió el título Semipesado
Alfredo Marcano fue despojado de la corona Ligero Jr que había conquistado espectacularmente en Aomori, Japón, noqueando al japonés Hiroshi Kobayashi en el 10mo round. La defendió en el Nuevo Circo de Caracas ante el coreano adoptado por Japón, Kenji Iwata, al que noqueó en 4 asaltos. Pero en Honolulu, tenían preparado a un muchacho de 18 años para que fuera el ídolo de la afición Bienvenido (Ben) Villaflor. Alfredo boxeó a Villaflor, sin dejarse pegar, y lo mantuvo a distancia con si Jab de izquierda. Los jueces vieron una pelea totalmente favorable a Villaflor y así, Marcano dejó la corona allá en Honolulu..
La pelea
En la Maestranza “Cesar Girón” de Maracay, había una expectativa desesperante. Los venezolanos juraban que Gómez era invencible. Recordaban a Saijo rodando por la lona y calculaban que, por muy bueno que fuera, lo mismo le iba a pasar a Marcel. A los panameños, les tenía sin cuidado lo que pensaran los venezolanos y ya daban como cierto que el “Ñato” se llevaba la corona. Se casaban apuestas millonarias. Los optimistas visitantes del Canal, tomaban cualquier apuesta por difícil que fuera. La confianza de esta gente era escalofriante.
La pelea empezó en medio de la natural expectativa en estos casos. Antonio estudiando el estilo de Marcel y este también, concentrado en lo que tenía planeado. Marcel enseñaba cierta ambición en el ataque, aunque Gómez mostraba su todavía, inmaculada defensa. Pero, a partir del 3er asalto, Marcel comenzó a soltarse y sus atrevimientos comenzaron a parecer peligrosos. Gómez no se veía bien. Perdía tiempo protestándole al réferi venezolano Luis Sulbarán.
Hasta aquí la afición venezolana tuvo el optimismo desbordante que llevó al recinto taurino de Maracay. Marcel empezó a desatar un ataque abundante y rapidísimo que perforaba la guardia de Antonio quien se veía incapaz de resolver aquel problemón. Marcel ya empezaba a golpear a placer y apenas estábamos en la mitad de la pelea. La afición veía la verticalidad del venezolano en peligro. Se decía que Marcel no pegaba, pero sus golpes estaban maltratando al venezolano. Marcel golpeaba a mansalva y Gómez daba tumbos por todo el ring.
Del rostro del cumanés, comenzaba a brotar sangre y sus párpados y pómulos se hinchaban., ante tanto maltrato. Los panameños cantaban y bailaban ante los acompasados movimientos del “Ñato” que se divertía aporreando al Campeón, como le venía en gana. El público comenzaba a pedirle al réferi Sulbarán que detuviera aquella masacre, porque consideraban que en los tres o cuatro rounds que restaban de pelea, Gómez no tenía como voltear el rumbo del combate. Además de que la golpiza iba en aumento.
El réferi Luis Sulbarán llamaba al médico para que examinara a Antonio con la esperanza de que ordenara la detención del combate, pero nadie quería cargar con la responsabilidad de pararle el combate al Campeón venezolano. Con la misma tónica, llegó el campanazo final. No podía haber sorpresa. Marcel había ganado por lo menos 13 de los 15 asaltos y casi todos, por paliza. El réferi Luis Sulbarán dio 148-144; Santos Arismendi 148-141 y el juez Rafael Cartaya se llevó la silbatina del público y serias críticas cuando dio una absurda votación de 116-116. Increíble que alguien pudiera ver empate, semejante masacre.
Aquella noche, los venezolanos salieron de la Maestranza “César Girón” frustrados y con los bolsillos vacíos. Cuentan que un célebre comentarista de futbol, aficionado al boxeo y a las apuestas, tomó prestado a su esposa, una gruesa suma que tenían destinada a una importante gestión familiar. El amigo, estaba totalmente seguro que Gómez noqueaba a Marcel en menos de tres asaltos. Antes de irse a la Maestranza le había dicho a su esposa: “No te preocupes, mi amor, que voy a regresar con mucho más dinero, gracias a Antonio Gómez. Años después, cuando el amigo contaba la anécdota, se le notaba que “deseaba que se lo tragara la tierra”.
Marcel defendió su corona en 4 ocasiones y en todas mostró que era un Campeón brillante. Sobre todo en la cuarta, en la que le dio una tunda al que después, sería un Campeón histórico, como el nicaragüense Alexis Arguello. Marcel se retiró prematuramente cuando todavía podía reinar mucho más tiempo. Le había prometido a su Señora Madre, dejar el boxeo después de la pelea con Arguello.
Lamentablemente no peleó en las grandes Mecas del Boxeo como Nueva York, Atlantic City, Los Ángeles y Las Vegas. Los que lo pudimos ver y que también hemos visto a los que han venido luego, pensamos que ha sido el mejor peso Pluma de los últimos 50 años. Tal vez, desde que se retiró Sandy Saddler, no ha habido un Pluma mejor que el “Ñato”. Recordamos al gran Campeón colonense, cuando se cumplen 45 años de uno de sus grandes triunfos.