‘Del árbol caído, todo el mundo hace leña’

(Foto: Mikey Williams / Top Rank)

Si para un ciudadano común no todo es ‘miel sobre hojuela’ en su diario vivir, mucho menos lo es para un deportista, en especial los boxeadores, que son figuras públicas. Mientras gana recibe una ‘lluvia de elogios’, pero cuando pierde lo que le ‘cae encima’ son humillaciones y comentarios despectivos.

Lo anterior no es nuevo, ya que púgiles y atletas de antaño pasaron por ese ‘calvario’. Uno de los casos mas recientes es el del puertorriqueño Román ‘Rocky’ Martínez, quien luego de perder el título mundial superpluma el sábado 11 de junio, ante el nuevo fenómeno del boxeo Vasyl Lomachenko, ha sido objeto de toda clase de insultos. Lo único que falta es que le digan “perro muerto”. Ahora pregunto, ¿es justo el proceder de esa forma? En lo personal creo que no, pero cada cual está en la libertad de expresar lo que desee.

Dicho esto, voy opinar sobre la pelea. Demás está decir que Lomachenko superó a Martínez (como dicen los mexicanos), de “ton a son”. Se podrá argumentar varias teorías sobre el revés, pero ‘agua pasada no mueve molino’, perdió y punto.

Ahora, no se debe pasar por alto los frutos alcanzados por el boricua en su carrera, donde en 3 ocasiones obtuvo el cinto mundial de la categoría superpluma. Eso no lo regalan en la farmacia de la esquina. Ya quisieran muchos ex boxeadores con más talento que ‘Rocky’, haber ceñido en la cintura aunque sea un cinto.

Concluyo mi artículo con la siguiente pregunta ¿vale la pena que Martínez se mantenga en el boxeo? Para mí, esa decisión la tiene que tomar el propio boxeador con su equipo de trabajo y la familia. ¿cuál es su opinión al respecto.