A 8 años del adiós del “Flaco Explosivo”
“El Flaco Exposivo”. Pocos apodos, de tanta sonoridad y tan descriptivo, se han colocado al lado de un púgil en la ya secular historia del deporte “de los coliflores y las narices achatadas”. Y nadie pudo haberlo hecho tan apropiado y asertivo como lo hizo el tres veces excampeón del mundo en tres categorías diferentes (pluma, superpluma y ligero), el nicaragüense Alexis Arguello de cuya trágica desaparición se cumplirán 8 años este 1° de julio.
El alias, una ocurrente genialidad del cronista Edgar Tijerino, su compatriota y amigo, empezó a hacerse popular localmente poco después de la publicación de un libro de aquel con ese título, a fines de la década del 60 o comienzos de la del 70, y más tarde se proyectó a escala universal llevado de la mano por el humilde muchacho nacido en una barriada de Managua que llegó, sobre los cimientos del coraje, del poder en los puños y de una férrea voluntad, a convertirse en uno de los más completos peleadores de origen latinoamericano de cualquier época y con un lugar entre los inmortales del deporte de los golpes, merced al hecho de haber escrito con tinta indeleble épicas batallas sobre el ring, en la mayoría de las cuales terminó con el brazo en alto.
Alexis fue lo que retrata su sobrenombre: una explosión en el entarimado, una cuasi perfecta, destructiva y aceitada máquina de pelear, un real portento del cuadrilátero. En sus inicios era utópico suponer que subiría escalones tan altos en una carrera comenzada a los 16 años un 26 de octubre del ’68, con un retiro entre 1986-95, y cerrada definitivamente con una derrota a los puntos el 21-1-95 frente a un tal Scott Walker, muy conocido por sus vecinos y quien en los años de esplendor no le habría servido ni para guanteo en el gimnasio.
Luego de uno que otro revés (3 para ser exactos, dos por KO), Alexis acudió el 16/2/74 a su primer gran compromiso ante el entonces campeón pluma del orbe, el panameño Ernesto “Ñato” Marcel quien lo superó a los puntos. Su victimario dejó vacante el trono AMB y el “Flaco” recibiría la opción de buscar la faja de las 126 libras, chance que ganó gracias a cuatro triunfos en fila, contra otro de los grandes del boxeo latinoamericano, el mexicano Rubén “Púas Olivares, en el Forum de Inglewood, Los Ángeles, California, el 23 de noviembre de hace 43 años.
La reyerta tuvo un final dramático. A poco más de un minuto del round 13 (entonces se peleaba a 15 en choques de campeonato), Alexis derribó a Olivares con una de sus clásicas derechas cargadas de dinamita. El azteca se levantó atontado, retó al enemigo con la guardia en alto y el nica descargó de nuevo todo su poder para terminar las acciones con su primera corona mundial sobre las sienes. Como años más tarde escribiría Tijerino en uno de sus libros, de igual nombre, ese día “los mariachis callaron.”
Vendrían a continuación varios encuentros memorables, como el del Poliedro de Caracas la noche del 15 de marzo del ´75 contra el venezolano Leonel Hernández, en la primera defensa de su faja, que retuvo con un violento nocaut en el octavo; las dos sangrientas refriegas con el boricua Alfredo “El Salsero” Escalera, con el cetro superpluma CMB en juego, resueltas a su favor por la vía del KO; el triunfo rotundo sobre el inglés Jim Watt, en el que bajó del ring con el cinturón de las 135 libras en su poder; su victoria ante Ray “Boom Boom” Mancini y, para poner término a este apretado recuento, su par de tórridos combates contra el “Halcón” Aaron Pryor, uno de un kot13 en su contra el 12-11-82 en el Orange Bowl de Miami y el otro el 9 de septiembre del año siguiente en Las Vegas, Nevada, que terminó en 10 asaltos, de nuevo del lado del estadounidense, hoy también desaparecido. Fueron en total 22 peleas titulares con balance de 19-3, 17 kos. propinados. Se dice rápido.
Se sucederían, casi de inmediato con su retiro, los días de pesadilla, los de la tormenta existencial, los del penoso proceso de rehabilitación y, lentamente, los de feliz retorno a la sociedad y los de un auspicioso éxito político que le condujo hasta la vicealcaldía y a la alcaldía de Managua -cargó este último que ejercía para el momento- cuando, para sorpresa del mundo todo y del deporte en especial, que todavía hoy no alcanza a comprender con claridad qué pasó-, un disparo al corazón un aciago 1° de julio de 2009 cerró para siempre a los 57 años la vida de Alexis Argüello, el “Flaco Explosivo”, el más grande peleador nica de todos los tiempos, inmortal de fistiana, y uno de los mejores boxeadores latinoamericanos y mundiales de cualquier era, el hijo de una pobre barriada de Managua que dijo una vez que “yo habría querido ser abogado, pero la necesidad me empujó hacia el boxeo”.
Para gloria, realce y prez para él y para el deporte que eligió.