70 % DE CHANCHULLO Y EL RESTO DE OPINIONES PELIGROSAS

A Luis Franco le robaron una pelea en Argentina, sin embargo, sin ser retador de importancia ni despertar el interés que se necesita en la fanaticada, con récord de 11-1 y 7 nocauts, le habían conseguido una pelea por la faja mundial pluma, versión de la Federación Internacional de Boxeo (F.I.B.), sin estar invicto.

El encuentro, acordado como otro ‘pacto de caballeros’, es decir, verbalmente, debió ser contra el campeón australiano Billy Dib, 35-1 y 21 nocauts y puso de manifiesto que, en Fistiana, ‘queda más pelo en una rana que honor en la palabra de sus miembros’, por lo que de caballeros… una vez que el acuerdo se rompió al renunciar el cubano al chance.

Entre los malos manejos que existen en el boxeo no es, precisamente, que le paguen poco a un peleador con 12 ‘bouts’ como profesional uno de ellos, sino las manipulaciones de los escalafones, las decisiones fraudulentas y, si se viene a ver, a Franco lo han metido a la cañona en una puja por un campeonato mundial que no le ajusta ni por su clase real ni por sus números, a fin de cuentas, este pugilista no es ni Rigondeaux ni alguien muy bueno que, por una derrota muy rara, le han pretendido despojar de credibilidad y me refiero a Yordenis Ugás. Comparo con relación al pobre palmarés que tienen los tres en cantidad de pleitos.

Resulta que el habanero armó una perreta, suspendió el training y renunció a la oportunidad y a la práctica del deporte, porque, según sus propias palabras, “por una pelea de campeonato mundial se pagan 50,000, que fue lo prometido originalmente, y resultó que la cifra cayó a 20,000 de forma oficial, lo que dejaría al boxeador con 10 o 12 mil después de liquidar los compromisos anexos”.

¿Tiene razón Franco?, hasta cierto punto, después comentó que no se retiraba, por lo que esa expresión fue la resultante del berrinche al considerarse desarmado para ganar la discusión por el dinero que le debieron dar.

Los datos los tomé de una entrevista indirecta que le hizo Jorge Ebro para el ‘Nuevo Herald’ y, si bien es normal que se reaccione así contra promotores y mánagers, en este caso Henry Foster y Richard Dobal, nadie puede dudar que hacer pública su frustración puede traerle problemas al binomio apoderado por muchas circunstancias, pero, como que esos individuos y los otros consiguen las peleas y oficializan los contratos, pues mandan y eso no es la parte corrupta del boxeo, porque un boxeador no puede hacer nada por sí mismo.

De importancia decisiva, cada protesta, cada actitud como la asumida por Franco se le puede convertir en un boomerang, porque, con facilidad, lo sitúan en el grupo de ‘problemáticos’ y, creo yo, a los cubanos, que pelean muy poco, no les conviene que comience a proyectarse con razones lógicas la política que existe contra ellos en cuanto a encontrar trabajo que, nadie sabe a ciencia cierta, por qué sucede.

A este peleador hay que instruirlo también en que, cualquier denuncia que reclame para sí mismo, a pesar de los peligros que arrastra cuando se dicen cosas directas fuera de contexto, es soportable, tenga o no razón, pero, como le dijo al periodista tratando de oficiar como el representante del resto, especie de leguleyo ‘abogado del Diablo’ no, porque puede verse como un llamamiento a coartar el orden establecido en la disciplina que practica, lo que en lenguaje claro significa agitador de grupo por una causa perdida desde el principio.

Cualquier reclamación que haga un boxeador cubano no debe incluir ‘derechos’ de nadie, porque esto no es ‘Antillana de Acero’ en La Habana, donde un palero del tirano se para y habla a nombre del pueblo y al día siguiente se impuso una medida coercitiva por el compromiso DE UN SOLO INDIVIDUO. No, si quieren gritar, protestar… deben personalizar, no intentar hacer un grupo reaccionario, especie de cabeza de huelguistas que resultaría muy perjudicial para todo el que se involucre.

Aquí tienen que controlar las exageraciones de la pasión y el instinto para no aparentar que funcionan como un torpedo de algunos interesados detrás que, por suspicacia, casi siempre se relacionan con el Comité Central del Partido de Castro. Tienen que medir las palabras, porque el Herald no comentará de esto ni ningún ‘website’ o publicación tampoco, pero los que lo mantienen aquí como peleador con su dinero y sus relaciones, riéndose, le pueden pasar por arriba y, cuando lo recojan, tal vez sea más fino que una tela de cebolla.

Punto en boca a la hora de crear tropas de choque estilo comunista que, además de los 30,000 que dice que le quitaron, por esas explosiones peligrosas, puede perder hasta la trusa, él y quien se equivoque y, estúpidamente, lo siga.

En este país es totalmente inoperante, desde el punto de vista del boxeo, la frase comunista de “el pueblo, unido, jamás será vencido”. Eso, que se lo lean a Franco los que mal lo aconsejan o influyen negativamente por detrás, a fin de cuentas, cartilla tan importante como dar el peso para la pelea que no supo, no pudo o no quiso entender que era el primer paso al dinero grande.

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