37 años de la “Noche Negra del Boxeo Latino”

‘Pipino’, ‘Pambelé’ y Samuel Serrano perdieron por nocaut, pero surgieron inmortales  como Pryor y Hearns

Era el 2 de agosto de 1980. Gran velada boxística en el recién inaugurado “Joe Louis” Arena, de Detroit. El terrible noqueador mexicano Pipino Cuevas defendía por vez número 12, la corona Mundial Welter AMB, que conquistó sorprendentemente hacía 4 años, noqueando en el 2do round al boricua, Angel Espada, apodado “El Cholo”. Su rival, un espigado joven invicto, con la mayoría de sus peleas por Ko, pero que no parecía, todavía, tener el talante suficiente como para aguantar la artillería pesada del mexicano que era un bárbaro pegando. Otra pelea de respaldo era la defensa número 11 del boricua Samuel Serrano, Campeón Ligero Junior desde el 1976 cuando despojó de esa corona al filipino Ben Villaflor.

Pipino había conquistado la corona AMB de los Welter, el 17 de julio de 1976 noqueando en el 2do round al batallador puertorriqueño, Angel “Cholo” Espada en la Plaza de Toros, Calafia de Mexicali. Desde entonces, Pipino, ejerció una verdadera Dictadura en la división de los 66 kilos noqueando a cuanto rival le salía al paso. Noqueó dos veces más al “Cholo” Espadas, al invicto Pete Ranzany, al difícil Harold Weston. Defendió el título 11 veces y de esas, 10 fueron por Ko. Decían, muchos, que Pipino tenía uno de los mejores ganchos de izquierda, de la época y de la historia, comparables a la de Joe Frazier, Jake LaMotta, “Mantequilla” Nápoles, Rubén Olivares, que fueron Maestros en el manejo de esa mano tan importante en el boxeo.

¿Y quién era Thomas Hearns? 

Hearns era un joven de más de 1 metro 80 de estatura y con una peligrosísima derecha en recto. Con esa mano había noqueado a 27 de sus 28 rivales que había enfrentado hasta el momento. Recién venía de noquear en 4 rounds al “Cholo” Espadas al que ya habíamos mencionado en sus confrontaciones con Pipino. También noqueo a hombres como el venezolano Pedro Rojas (que estaba 1ro del mundo) y a Bruce Curry, gran ex Campeón Welter. Pero su mandíbula no había sido probada y no todos creían en él.

Pero, a la hora de la pelea, con los peleadores en el ring, se empezaron a ver las enormes ventajas físicas que exhibía el  joven de la casa. Al sonar la campana, Hearns con una estrategia muy definida: aprovechar su estatura, medir con la izquierda a Pipino y rematarlo con su poderosa derecha. Así fue. Hearns atacaba con decisión y Pipino, que parecía una barajita, no sabía qué hacer ante este Huracán de golpes. Pero los fanáticos del mexicano pensaron que eso fue por la sorpresa del 1er round y que Pipino comenzó frío, pero de ahora en adelante, tomará las riendas y pondría las cosas en su sitio.

Noche de Terror 

Pero si el primero fue malo, el 2do sería mucho peor. Hearns volvió a ser el hombre dominante con durísimos golpes en la media y larga distancia. Pipino era zarandeado por todo el ring. A veces lanzaba su gancho de izquierda, pero Hearns hacía valer su estatura, dando medio paso atrás, dejaba en el aire  ese gancho de Pipino que, de haber acertado, habría cambiado esa historia. El público de Detroit rugía, apoyando al agresivo flaco de la casa al que apodaban “La Cobra” y también “The Hit Man”.

Faltando poco para la campana, Hearns apuntó a Pipino con la izquierda, midiendo la distancia y calculando el golpe. Pipino, que ya venía aporreado y mareado desde el 1er round, no atinó a descubrir la evidente estrategia de Hearns, que palanqueó su derecha aterrizándola en la mandíbula del mexicano que se estremeció de pie a cabeza. Tratando de no caer, hizo unos movimientos tratando de sostener el equilibrio; Pero eso dio tiempo que Thomas rearmara su derecha que la volvió a pegar esta vez, en la sien izquierda. Cuevas cayó boca abajo y durante unos tres segundos permaneció en la lona como si estuviera realmente noqueado. Se levantó como un Zombie, pero el entrenador Lupe Sánchez, entró al ring para decirle al referee Stanley Crhistodoulou que ya no debía seguir el mexicano.

No se podía creer. En apenas cinco minutos Thomas Hearns había acabado con el reinado del gran Pipino Cuevas. La prensa mexicana reseñó que hubo hasta cuatro suicidios en el país como consecuencia de esta derrota desastrosa del el ex campeón azteca.

Samuel Serrano fue sorprendido 

El boricua Samuel Serrano ya llevaba casi cuatro años reinando en la categoría Ligero Junior o Superpluma. El 16 de octubre de 1976, había vencido al filipino Bienvenido Villaflor (lo apodaban “Ben”) en el estadio “Hiram Bithorn” de San Juan de Puerto Rico para apoderarse de la corona Ligero Jr de la AMB. Yasutsune Uehara no era un retador que representara peligro para el veterano y habilidoso Serrano. Se decía que su apoderado, Pepito Cordero, había conducido hábilmente su carrera evitando enfrentarlo al otro Campeón, Alexis Arguello y a su paisano y gran rival de Arguello, el “Salsero” Alfredo Escalera.

Samuel dominaba casi a placer al japonés. Le estaba dando un baile, pero no había podido llevarlo a la lona y liquidar la faena. Llegado el 8vo round, Serrano mantenía su estrategia de boxear a distancia y pelear de contragolpe. El boricua se desplazó en retirada hacia su propia esquina. Parecía que cazaba una debilidad de su rival para lanzarle una derecha fulminante. Pero Uehara pensaba lo mismo. Las dos derechas cruzaron el aire como misiles hacía un punto específico, la mandíbula del rival. Pero el destino caprichoso, determinó que la de Uehara fuera la que acertara. A la lona Samuel Serrano. Intento levantarse pero se revolcó y el referee venezolano Luis “El Carabantino” Sulbarán, le contó los indeseables 10 segundos a Serrano.

Uehara defendió en Japón, su título contra el venezolano Leonel Hernández y ganó por decisión dividida. En la siguiente la perdió por puntos ante el mismo Serrano que esta vez, peleó  con mucho más cuidado que en Detroit, y ganó por decisión unánime. Serrano lo defendió ante Leonel Hernández en el Poliedro de Caracas, en el año 82, pero después la perdió por Ko en 8 rounds con Roger Mayweather, Tío de Floyd.

Pambelé perdió en Cincinnati 

(Foto cortesía: El Espectador)

El gran Campeón colombiano, Antonio Cervantes, Kid Pambelé. Había reinado en la división desde el 28 de octubre de 1972 hasta este 2 de agosto del 80, con lapso de año y medio entre marzo del 76 y junio del 77. Ya veterano, aunque con mucha clase, Pambelé, derribó al agresivo Pryor de un derechazo a la sién izquierda en la propia esquina del norteamericano. Eso fue en el 1er round. Pero las energías no le daban para más al glorioso peleador de la costa colombiana y en el 4to round sucumbió ante la velocidad y ambición del joven de Cincinnati. Luto en Colombia y Venezuela, donde hizo gran parte de su carrera, por la caída del Kid. Este trató de seguir en el boxeo, pero ya no tenía la motivación ni las facultades.

Pryor, por su parte, se convirtió en uno de los grandes peleadores de la década. Sus triunfos cumbres fueron el 12 de noviembre de 1982 y el 9 de septiembre del 83, cuando venció por nocaut al gran ídolo nicaragüense Alexis Arguello. Pryor falleció hace poco, el 9 de octubre de 2016 a los 60 años. Tanto Pryor como Hearns resultaron, después de esta noche del 2 de agosto de 1980, un par de Glorias en la Historia del boxeo. Para América Latina fue una noche negra con tres dolorosas derrotas.

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